GRILLANDO

El lunes temprano compartí con un amigo funcionario público el caso del imbécil que arrojó a un perrito a un cazo con aceite hirviendo en Tecámac y le dije que la nota se iba a hacer viral a nivel nacional y que les recomendaba atender el caso en su verdadera magnitud, algo en lo que no me equivoqué, pues era evidente que un hecho tan cobarde y atroz acabaría por indignar a todo mundo. Afortunadamente la Fiscalía General de Justicia del Estado de México hizo su chamba y junto con autoridades judiciales de la Ciudad de México agarraron a SERGIO “N” que confiamos reciba un castigo justo y ejemplar, pues no po- demos seguir viviendo en un México tan inhumano, cruel, salvaje e inseguro. Y precisamente, ahí es donde también debemos hacer énfasis como sociedad sobre lo que estamos viviendo, lo peligroso y lamentable que ha sido normalizar la violencia, los asesinatos, secuestros, violaciones o desapariciones, cuando realmente todos deberíamos levantar la voz por las injusticias para exigir a las autoridades a que hagan su trabajo correctamente y podamos vivir de forma digna. En Donato Guerra sigue sin aparecer el pequeño de cuatro años JOAN SÁNCHEZ o en Tabasco vecinos lograron liberar a un pequeñito de ocho años que estaba encadenado y era torturado, solo por mencionar dos casos indignantes de los cientos de injusticias que se registran en México todos los días y que no son normales, que no debemos tolerar y que las autoridades deben atender con todo el peso de la Ley. Indignante y triste el caso del perrito de Tecámac, pero también lo es el infierno que viven miles de mexicanos por culpa de la inseguridad y de la violencia, algo que ha permeado de forma preocupante y a lo que no nos debemos acostumbrar, de ahí la importancia de unirnos como sociedad para que a través de la educación, los princi- pios y los valores podamos edifi- car un México en el que dejemos de ver tanta barbarie y crueldad.

LA GRÁFICA DE HOY

Es de este maldito cafre que en la avenida Adolfo López Mateos esquina con camino viejo a San Mateo, a un costado del Instituto Tecnológico de Toluca en Metepec, le aventó su chatarra a la gente que venía en su carril para adelantar la fila de vehículos que esperan pasar el semáforo. Con todo descaro, este imprudente al volante no midió que podía ocasionar un accidente con otro vehículo y peatones de la zona, inclusive al llegar al semáforo se pasó la luz roja.

Es evidente que estos salvajes no tienen condiciones para manejar y ahí andan como focos rojos que por su imprudencia provocan acciden- tes y tragedias, algo que sigue ignorando la Secretaría de Movilidad que ha sido incapaz de controlar a los concesionarios que también son unos vale madre de la situación. Algo tendrá que cambiar, pues no podemos seguir tolerando que el Estado de México tenga uno de los peores servicios de transporte público, un cáncer que nos lastima como sociedad y nos jode en muchos sentidos.

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Y VA DE CUENTO

Tres amigos estaban tomando en un bar hablando sobre lo que habían hecho la noche anterior. El mexicano de nombre ERICK LUCIO dice: Anoche le di masajes a mi esposa en todo el cuerpo con un aceite de oliva finísimo, luego; hicinos el amor apasionadamente y la hice gritar durante 10 minutos sin parar. El colombiano de nombre JUAN CARLOS MATURANA, para no quedarse atrás dice: Anoche le di masajes a mi mujer en todo el cuerpo con un aceite perfumado afrodisiaco especial y luego hicimos el amor la hice gritar durante 20 minutos seguidos. Y en eso el argentino de nombre CHRISTIAN PIRIZ dice: Eso no es nada, anoche yo le di masajes a mi esposa con una manteca especial, le acaricie todo el cuerpo con la mantequilla, luego hicimos el amor y la hice gritar durante 2 horas seguidas. El mexicano y el colombiano asombrados le preguntan: ¿Dos horas? ¡Qué fe- nómeno! ¿Y cómo hiciste para que gritara durante dos horas seguidas? A lo que PIRIZ responde: Me limpié las manos en las cortinas…

HASTA mañana con más GRILLANDO.

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