Mil y una interpretaciones del debate
- Elva María Maya Marquez
- 26 abril, 2023
- Columnas
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Plano, con un déficit de propuestas y con una moderadora que no entendió que su papel no era el protagónico. Ella, no era una contendiente más, debía tener un papel imparcial y limitarse a establecer las reglas, los turnos y tiempos de participación. Esta es una de tantas interpretaciones en torno al debate realizado el pasado 20 de abril entre las candidatas a gobernar el Estado de México, donde las expectativas eran muchas y los resultados fueron pobres, toda vez que la confrontación de ideas y opiniones de manera argumentada estuvo ausente.
Delfina Gómez o Alejandra del Moral ¿Quién ganó? La respuesta está cargada de una enorme subjetividad, pero como era de esperarse ambas candidatas calificarían su desempeño— por un lado— fiel a su profesión; la maestra Delfina Gómez se otorgó una calificación de 8, mientras que Alejandra del Moral, se declaró la ganadora de un debate que, desde la percepción ciudadana puede tener otra lectura.
La encuesta realizada por Enkoll y publicada en “El Universal”, presenta hallazgos interesantes; 34% de los mexiquenses vio el debate contra un 66% que no lo hizo. El 34 % parece una cifra menor, sin embargo, un debate a la presidencia y con la difusión del organismo electoral, lo ha visto cerca del 50% de la población, lo que hace que sea un porcentaje bastante aceptable para un debate a gobernador, en este caso, a gobernadora.
A la pregunta realizada por Enkoll respecto a quien ganó el primer debate, el 65% piensa que Delfina Gómez y 35% Alejandra del Moral, mostrando una ventaja de 30 puntos. Asimismo, en la encuesta realizada por Mendoza Blanco & Asociados, el 56% piensa que la candidata de Morena ganó el debate, contra el 37% que piensa que la triunfadora fue del Moral.
Por su parte, en el estudio hecho por TResearch, el 46.4% de las y los encuestados señaló que la morenista ganó el debate, 16.9 puntos por encima de su contrincante priista, quien obtuvo 29.5%. Según la encuesta de Demoscopia Digital, el 73% de las personas encuestadas vía telefónica consideraron que la candidata de Morena fue la ganadora, con una ventaja de 46 puntos sobre Alejandra del Moral, candidata que obtuvo el 27% de las preferencias.
¿Qué si los debates marcan alguna diferencia? El 82% de los encuestados por Enkoll, declara que después del debate su decisión de voto no cambio. Para un 11% sí cambió y un 7% no sabe, en esta franja se encuentran las personas indecisas a las cuales se le puede atraer de un lado o de otro, pero no será cuestión de un debate. Los debates son uno de tantos factores que pueden mover una preferencia electoral durante una campaña, no obstante, a estas alturas los electores tienen definida su intención de voto, por lo cual se puede argumentar que los debates muy pocas veces mueven las preferencias. En este sentido, la directora de la encuestadora Enkoll, señala que, con base en mediciones realizadas anteriormente, 7 de cada 10 mexiquenses rechazan la presencia del PRI en el gobierno.
Volviendo al debate, la capacidad discursiva de Alejandra del Moral puede considerarse mejor, el gran problema es que aunque se esfuerce en sustentar lo que dice, la credibilidad de su partido está en el suelo, desmarcarse de esa historia que arrastra el PRI, es imposible.
Después de este primer debate, Delfina mantiene la delantera, pero las encuestas post-debate deben tomarse con mucha reserva. No son resultados definitivos, depende de quien las solicita, quien las hace y que metodología se utiliza para obtener ciertos resultados. Otra variable para considerar es la realización cara a cara o vía telefónica.
En lo que corresponde al Instituto Electoral del Estado de México (IEEM), es una pena que haya elegido como moderadora a una persona que no fue capaz de moderarse y se le puede vincular con una corriente partidista, pues basta recordar su papel como presentadora de un libro del expresidente Enrique Peña Nieto, y después de la actuación que tuvo, levanta suspicacias del por qué tuvo que ser ella, desgastando de forma innecesaria la imagen del instituto.
El deseo y la emoción pueden nublar la razón de ambas partes, confiarse no debería ser una opción, pero crearse falsas esperanzas, tampoco. Las campañas avanzan y el 4 de junio se acerca. Por ahora solo queda esperar el segundo debate, pero tampoco esperar mucho, y como mínimo indispensable solicitar al IEEM que valore si la moderadora que ha elegido en esta ocasión puede cumplir con lo esperado para no tomar un papel de contendiente que la termine convirtiendo en el centro de atención, más que a las candidatas y sus “propuestas”.