Bueno, bonito y no tan caro
- Elva María Maya Marquez
- 12 octubre, 2022
- Columnas
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Si de manera “simple”, se tuviera que ilustrar el momento económico que hoy vive un gran número de mexicanos (millones), podemos decir que “no estamos viendo lo duro, sino lo tupido”, pues el alza en los precios está impactando fuertemente el bolsillo de las y los mexicanos, comprar aquello que se considera básico y esencial para el día a día en cuanto alimentos y productos de aseo personal cada vez resulta más complicado, y si a esto le sumamos que las familias mexicanas se caracterizan por ser numerosas, el problema aumenta y la preocupación de aquellos que son el sostén de una familia también, pues “la canasta básica” sube constantemente, pero el salario no.
Enero comenzó con algo así como a 80 pesos el kilo de limón, y aunque este producto al día de hoy ha disminuido su precio, cuando no es una cosa, es la otra, ya que lo mismo ha pasado con alimentos como la cebolla, el aguacate, el chile serrano, la papa, el jitomate y que decir de las carnes. La gente está dejando de comprar kilos completos, es decir, realiza sus compras de acuerdo al dinero que lleva en la bolsa, “para lo que alcanza” literalmente.
Se sabe que el problema inflacionario no es exclusivo de nuestro país, pero es preocupante que las personas no cuenten con el ingreso suficiente para comer, no hablamos de lujos, estamos hablando del derecho a la alimentación (art. 4° constitucional), motivo por el cual, el presidente López Obrador, anunció “El Plan Contra la Inflación y la Carestía” (PACIC).
De manera particular, el Secretario de Hacienda y Crédito Público: Rogelio Ramírez de la O, dio a conocer el acuerdo entre el Gobierno y el sector privado para no incrementar los precios de 24 productos de la canasta básica (1. aceite de canola o de maíz 2. arroz de grano 3. atún en lata 4. azúcar morena 5. bistec de res 6. cebolla 7. chile jalapeño 8. chuleta de puerco 9. frijol en grano 10. huevo de gallina blanco11. jabón de tocador 12. jitomate saladet 13. leche 14. limón 15. manzana 16. naranja 17.pan de caja 18. Papa 19. papel higiénico 20. pasta para sopa 21. pollo entero 22. sardina en lata 23. tortilla de maíz y 24. zanahoria), y fijarle un precio máximo de mil treinta y nueve pesos, por lo menos hasta febrero de 2023. Asimismo, se suspendió por un año el cobro de aranceles de importación de 21 alimentos de la canasta básica y seis insumos para panadería, hortalizas, frutas y animales vivos, hasta aquí, todo va bien, es más, suena demasiado bien para ser verdad, pero, no podía faltar el pero.
De acuerdo con Ramírez de la O; “basado en la confianza, el gobierno federal otorga a las empresas firmantes de este acuerdo una licencia única universal que, por lo que hace a las actividades de importación y distribución de alimentos e insumos para el envase de alimentos de dichas empresas, las exime de todo trámite o permiso, incluyendo aquellos del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad, Senasica, y de la Comisión Federal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios, Cofepris, así como del impuesto general de importación. Así, se les confía la responsabilidad de asegurar que las mercancías que comercian cumplen con las normas sanitarias de inocuidad y calidad”.
Durante la vigencia del acuerdo y en el marco de la licencia, la autoridad suspenderá la revisión de toda regulación que se considere impide o encarece la importación e internación de alimentos y su movilidad dentro del país. Esto incluye aranceles, barreras al comercio exterior no arancelarias y otros requisitos para su ingreso y circulación nacional.
Evidentemente los mexicanos queremos que el dinero alcance para comprar más, pero “confiar en los empresarios” (en los que son parte del acuerdo) y eximir de la revisión de un organismo como la Cofepris que se encarga de la regulación, control y prevención de riesgos sanitarios, no deja de generar incertidumbre, ya que con este acuerdo, básicamente dejará de hacer su trabajo.
El mismo caso de la Senasica, que protege los recursos agrícolas, acuícolas y pecuarios de plagas y enfermedades. También regula y promueve la aplicación y certificación de los sistemas de reducción de riesgos de contaminación de los alimentos y su calidad agroalimentaria, para facilitar el comercio nacional e internacional de bienes de origen vegetal y animal.
Existe preocupación por parte del presidente ante el tema inflacionario y la “buena intención” está, pero que tanto se puede confiar en empresarios que tienen como principal objetivo la maximización de sus ganancias ¿A costa de qué? De lo que sea, y lo han demostrado de forma histórica estando dispuestos a realizar “acuerdos” en “lo oscurito” para llevar a cabo prácticas monopólicas e incrementar el precio de algunos productos de forma injustificada.
Una vez más, lo que hace falta es información, profundizar en el tema, podemos entender o dar por hecho que los empresarios seguirán realizando el mismo procedimiento que han llevado a cabo desde hace tiempo en cuanto a los requisitos para la entrada y distribución de alimentos, la diferencia es, que estarán ahorrando los costos en los trámites de revisión sanitaria, con lo que se justifica mantener los precios de los 24 productos de la canasta básica, lo cual resulta entendible, pues los empresarios son lo que son y tampoco podemos esperar que sea una labor meramente altruista.
El alarmismo y exageraciones estarán presentes, para aquellos que dedican tiempo todos los días a descalificar lo que hace este gobierno, ya están pensando en la muerte de miles de mexicanos por la entrada de productos contaminados de “algo” o en mal estado, y por el otro, los simpatizantes del presidente que dedican el mismo tiempo a defender todo lo que hace, llevarán el discurso a enaltecer la propuesta, sin embargo, no hay como buscar los equilibrios.
Los mexicanos queremos comprar bueno, bonito y barato, de igual forma queremos que exista mayor garantía o información del acuerdo firmado el pasado 3 de octubre, pero por ahora, es lo que hay; confiar en la palabra de los empresarios y pensar que estarán realmente comprometidos para cumplir lo pactado. No podemos pensar que todos los empresarios son un monstruo, o que todos los empresarios son como Salinas Pliego, así que brindemos el beneficio de la duda y si todo sale bien, este tema no será abordado en este espacio para hablar de las fallas o los costos que trajo el no cumplir con las revisiones acostumbradas de los alimentos que consumimos a diario.
Ni todo es tan bueno como creen los simpatizantes de AMLO, ni todo es tan malo como lo quieren ver sus opositores. Sí nos centramos en el tema de fondo; el apoyo a la población mexicana, el asunto puede ser discutido de manera más seria para lograr entender el planteamiento y pensar que la idea es que los empresarios ganen al igual que los consumidores, y el gobierno, es el mediador entre ambos sectores. La duda está en el aire ¿Qué tanto podemos confiar en los empresarios? no tenemos muchas opciones, y si queremos comprar bueno, bonito y no tan caro, esta es la alternativa.