Educación, un rubro pendiente

Ya sea que te encuentres en pro o en contra de Andrés Manuel López Obrador, siempre estará en debate la eficiencia de su gobierno, sobre todo que evidentemente no han tenido el auge, ni la certeza, ni la transparencia tan prometida.
Lamentablemente los tres grandes proyectos se centran en un rubro constante: la infraestructura. El aeropuerto es infraestructura en comunicación y turismo; el tren maya es infraestructura en conectividad y turismo en el sur y Dos Bocas es un proyecto de infraestructura de energía.
Si funcionan o no, es un debate aparte, aquí el punto es que no se ha invertido en otro rubro, por lo menos no de la misma manera o magnitud. En justicia no se ha invertido absolutamente nada, no hay una mejora en los procesos jurisdiccionales o un aumento de plazas administrativas o una mejora en los juzgados; en salud empezó el sexenio con una promesa de un sistema de salud como Dinamarca, con el nombre de INSABI, pero ya de propia boca del presidente aceptó que no ha funcionado y ahora le cambia de nombre, esperando que cambie también de rumbo, a IMSS BIENESTAR; en deporte se observa el deterioro en el resultado de todas las selecciones de futbol, los atletas paraolímpicos buscando patrocinio hasta en las calles y unidades deportivas abandonadas en un deterioro infame (caso concreto en Toluca la Unidad Deportiva Filiberto Navas en Heriberto Enríquez); pero el rubro del cual no se ha hablado es el de la Educación. Ahí no ha importado nada.
Empezamos el sexenio con la postal del personal dependiente de Esteban Moctezuma fumando a lado de los frescos de Diego Rivera cuando está prohibido fumar dentro de edificio públicos y más cuando se trata de obras de arte que deben conservarse lejos del alquitrán por el deterioro acelerado que produce. Pasamos una pandemia total y absolutamente de noche, con cero políticas por parte de Delfina Gómez, no se instruyó absolutamente nada, incluso el aviso de suspensión de clases fue tardío; cuando escuelas privadas dictaban el cierre, pasaron varias semanas para que el presidente dejara el discurso de los abrazos y besos al de confinamiento. Directores y profesores vueltos locos tratando de hacer grupos de whatsapp, para poder dar algunos conocimientos por la vía remota. Se hace una supervisión a las instalaciones y se observó mucho vandalismo ocasionado por la falta de políticas en favor del cuidado de la infraestructura educativa. Lo máximo que se comunicó por Delfina fue que se obligaba a tener clases virtuales por televisión. Situación que llevó a perder numerosos amparos porque al ser la educación un derecho humano y garantía constitucional, al cerrar la impartición por vía televisiva la educación, obligaba al gobierno a otorgar televisiones a todos los sectores menos favorecidos. Además, respecto de los programas algunos especialistas lamentaron la ausencia de pedagogía, puesto que los programas tenían la tendencia más apegados a la dialéctica de Dora la Exploradora que a un programa de EduSat, o a los programas que se llevan en las Telesecundarias.
Hoy con uno de los sistemas más grandes del continente americano colocan a una docente que no ha tenido contacto más que en lo político con el sector educativo, yendo de la CNTE al SNTE, con experiencia en atención ciudadana y nada más.
El sistema educativo cuenta con más de un millón de alumnos que desertaron en estos dos años de pandemia, agravando la estadística en la que de 100 alumnos que entran a primaria, solo 2 terminan el postrado.
Se nota el doloroso desinterés que hay en la educación cuando es de todos conocido que la mayor palanca de cambio de un pueblo, eso lo han dicho decenas de pensadores en la historia. O tal vez sea la estrategia de AMLO, puesto que su popularidad disminuye con cada año de escolaridad acumulado en la población, así entre menos estudie la gente, más devota será a él y partidaria de MORENA.