CREAR MOMENTOS
- Jimena Bañuelos
- 19 julio, 2022
- Columnas
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Continuamos pasando calor, el termómetro sigue sin darnos tregua y el mes de julio está siendo muy difícil de llevar. Desde luego, la climatología nos está poniendo a prueba porque desde que llegara la pandemia, se han ido sucediendo diferentes fenómenos. No hay que olvidar que Filomena nos dejó las calles teñidas de blanco y, quizás, su recuerdo sea, en estos momentos, de lo más refrescante.
Esos recuerdos de la nieve pueden ayudar a nuestra mente a sobrellevar lo que estamos viviendo, pero lo cierto es que todavía nos queda mucho verano y según dicen los expertos nos queda más de una ola de calor por delante. Eso sí, no podemos permitir que estas temperaturas nos impidan disfrutar de todo lo que hemos anhelado durante el pasado invierno. Los deseos del pasado para estas fechas pueden convertirse en realidad porque aunque el coronavirus sigue con nosotros, cada vez éste está más en un segundo plano. Vivir y disfrutar es lo que más nos apetece y para conseguirlo hay que hacer frente a lo que nos venga, como también afrontamos, en su momento, lo más duro de la pandemia. Parece que hemos olvidado por todo lo que hemos pasado, pero este verano, sin restricciones, era nuestro mejor sueño hace un par de años.
Presumir de los destinos vacacionales es una opción para mostrar al mundo destinos increíbles con sonrisas inigualables. Espero que todas esas sonrisas no duren solo los segundos en los que se toma la instantánea, porque la dictadura de las redes sociales es la que impera en nuestro día a día. La felicidad no está en una foto. Está en los sentimientos que vivimos en cada momento. Esa sensación, de que ese momento es único e irrepetible, es lo que hace que nuestra mente guarde en un apartado especial el recuerdo con todo lujo de detalles. Pasarán los años y sabremos hasta la hora y el día en que visualmente grabamos aquel instante. El pasado puede ayudar a afrontar el presente siempre que nos aferremos a lo mejor de él. No se puede vivir anclado en lo que vivimos, pero no hay que olvidar que también forma parte de la persona que somos en la actualidad.
Podemos pensar que vendrán tiempos mejores. El presente es muy efímero y el futuro está por llegar, pero siempre hay que verlo con la esperanza de que todo puede cambiar. No hay que olvidar la actitud que nosotros tenemos ante el tiempo porque en ella reside, en gran parte, la manera en la que aceptamos lo desconocido. Lo de ser resiliente ya lo doy por superado aunque también ante el calor hay que serlo. Si es necesario quejarse para sentirse mejor se hace, pero que la queja no abandere todo el día.
Y hablando de días, ya queda uno menos para que pase este episodio. Vendrán otros pero lo importante es lo que nos llevamos. Por ejemplo, largos baños en el mar, en la piscina, unos refrescos con amigos… Cada uno sabe cómo disfrutar los momentos porque cada uno es el autor de su propia memoria. Eso sí, no nos olvidemos que con calor o con frío: Ser feliz es lo que cuenta.