SIN TON NI SON

Varios temas de actualidad me movieron a platicar de un acontecimiento histórico conocido como la hambruna de Irlanda. Estamos viviendo e inmersos en una pandemia, provocada por el coronavirus que, además, está generando en México una quinta hola, con veinte mil contagios en el día de ayer: esto es serio. Por otro lado tenemos problemas migratorios debidos a condiciones de pobreza en centro y Sudamérica, así como en el mismo México. Y por último, el manejo que ha dado el gobierno a estos dos grandes problemas no parece ser el más atinado, más bien parece sufrir de negligencia. Bueno, entraré en materia:
En tan sólo 10 años, de 1841 a 1851, cientos de miles de granjeros empobrecidos murieron de hambre en Irlanda, debido a una de las peores hambrunas de la historia europea moderna. Existen cálculos de que la población de la isla se redujo en un 20%. La hambruna fue una catástrofe humana que alcanzó enormes proporciones y tuvo, también, enormes consecuencias en Europa y aun en el continente americano. La situación provocó un éxodo masivo de granjeros hambrientos que huyeron de la isla irlandesa emigrando hacia Estados Unidos, en busca de una vida mejor, lo que dio origen a una de las principales oleadas de inmigrantes en la historia de ese país. De hecho, las oleadas de inmigrantes irlandeses siguieron hasta bien entrado el siglo XX y en la actualidad se estima que existen alrededor de 34 millones de norteamericanos que aseguran tener ascendencia irlandesa.
Volviendo al origen de esta tragedia histórica, se sabe que durante generaciones, la patata prosperó en los campos irlandeses que presentaban las condiciones de suelo y clima adecuadas para el desarrollo de ese cultivo, y se convirtió prácticamente en la principal siembra del país. Sin embargo, en la década de 1840 un hongo destruyó todas las plantas desencadenando con ello una hambruna generalizada, puesto que una gran cantidad de granjeros no tenían otra forma de sustento mas que el cultivo de la patata.
Abriendo un paréntesis mencionaré que las patatas no son originarias de Irlanda; es más tampoco son españolas, de hecho, ni siquiera europeas. Los exploradores españoles del siglo XVII encontraron, en Sudamérica, comunidades que cultivaban esa planta y la trajeron del Viejo Mundo, donde se hizo popular rápidamente.
En aquellos momentos Irlanda formaba parte del Reino Unido, la mayor potencia mundial, y muchos estudiosos de nuestra época, así como historiadores, creen que el gobierno británico fue culpable de negligencia al permitir que esta catástrofe pudiera suceder. Uno de los escritores satíricos británicos más conocidos de la época, Jonathan Swift, publicó un artículo que se volvió muy famoso, que tiene por nombre “Una modesta proposición” en el cual realizaba una crítica de lo mal que se enfrentó, por parte del gobierno, la crisis.
La llegada de refugiados católicos irlandeses a las ciudades estadounidenses durante y después de la hambruna provocó una reacción hostil entre los habitantes de Estados Unidos, temerosos de que el país perdiera su carácter religioso protestante.
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