Lo rescatable del gobierno federal

A pesar de que a veces parezca lo contrario, en este espacio solemos colocar argumentos que son dignos de aplaudirse y criticamos parejo a las autoridades que nos gobiernan. Entonces a pesar de que pareciera que el gobierno federal actual no ha realizado obras concretas, que dos bocas y el aeropuerto ya se salieron del presupuesto autorizado, que las políticas de salud en pandemia fueron un desastre, que el avión no se vende y que los programas sociales siguen sin tener cifras comprobables, en esta ocasión le vamos a poner palomita al gobierno federal, y ahora veremos porqué.
Hace algunos años, en este mismo espacio se criticaba fuertemente que permitieran a los ciudadanos manifestarse de una forma desmedida y violenta, que en muchas manifestaciones se rompían vidrios, saqueaban negocios, pintaban monumentos y el gobierno de aquel entonces de Fox o Peña, no hacía nada, ni detenía la violencia ni realizaba mesas de diálogo en forma.
Hoy el gobierno federal no permitiría que se le plantaran por meses, 400 personas en Reforma; hoy a pesar del discurso muy fraterno de AMLO, la verdad es que ha sido el más determinante en impedir ciertas manifestaciones violentas, por muy legítimas que sean las demandas ciudadanas y por mucho que se parecieran a lo que él mismo muchas veces encabezara.
Manifestaciones de normalistas de Ayotzinapa en Palo Blanco, han sido detenidas, las tomas de casetas han sido contenidas, la toma de vías férreas eliminadas y a pesar de que exista legitimación y sea políticamente incorrecto, se ha frenado con mano dura el avance violento de personas migrantes porque a la par, se les ha dado atención a sus peticiones y hasta trabajo se les ha otorgado.
Exceptuando las manifestaciones feministas, prácticamente todas han sido disipadas de vías de comunicación y eso es de aplaudirse, puesto que esa soberanía y ese hacerse mandar se habían perdido en sexenios anteriores. Cualquier gobierno está obligado a atender los reclamos sociales pero esos reclamos están obligados a vigilar que entre sus intereses legítimos no se escape una exageración que ponga en riesgo las disposiciones legales o los intereses de terceros.
Aplaudiré la mano firme en tanto siempre se priorice el diálogo y la comunicación.
Algún día aprenderemos a manifestarnos como ciudadanos y dejaremos de ser violentos en nuestras exigencias y demandas, algún día mostraremos únicamente peticiones legítimas y sensatas, que sean axiomas de civilidad, sin inmiscuir factores políticos o derechos irreconocibles que afecten a otros o privilegien a pocos.
En la siguiente nota hablaremos de un tema que ustedes amables lectores han pedido de esta columna un análisis digerible respecto a la propuesta de reforma en la CFE, que estaremos realizando con todo el gusto y tratando de aterrizar para nosotros, ciudadanos de a pie, lo que se discute y debate en las grandes cúpulas de poder.
Hasta entonces, veamos el Super Bowl, enamorémonos un poco más y disfrutemos de la amistad. Saludos y muchas gracias por su lectura.