SIN TON NI SON

Hace pocos días se celebró el día internacional de la no violencia contra las mujeres, y esto me lleva a transmitir a los lectores dos reflexiones al respecto. Primera, es difícil de concebir que en pleno siglo XXI, en uno de los países más adelantados del mundo, Inglaterra se haya estado a punto de impedir la publicación de los libros de Harry Potter por el simple hecho de que quien escribió estas maravillosas historias era mujer. De hecho, para poder editar y publicar sus libros le exigieron que firmara con un seudónimo y así es como aparece en las ediciones de Harry Potter: J. K. Rowling, cuando el nombre de ella es Joanne Rowling. ¡qué triste! ¿no?.
La otra reflexión es antagónica a la primera y se refiere a una crítica que hace el filósofo, de origen musulmán, pero nacido en Córdoba, España en el año 1126, Conocido como AVERROES. Este filósofo hace una crítica, a propósito de los escritos de Platón sobre la ‘República’, y es una crítica de la discriminación social de las mujeres. Nótese que fue escrita hace más de 900 años:
“Se sabe que la mujer, ya que es semejante al varón, debe participar necesariamente del fin último del hombre (como ser humano), aunque existan diferencias, ya sea en más, ya sea en menos. Si la naturaleza del varón y de la mujer es la misma y toda constitución que es de un mismo tipo debe dirigirse a una concreta actividad social, resulta obvio que en dicha sociedad la mujer debe realizar las mismas labores que el varón, salvo que, en general el hombre tiene más fuerza. Sin embargo, la mayor parte de las mujeres son más hábiles que los varones en actividades como el tejer, coser y otras artes, así como para organizar, tanto en el arte de la guerra como en el resto, y así se ha comprobado entre los habitantes del desierto y en la ‘Ciudad de Las Mujeres’. De la misma manera, cuando las mujeres han sido muy bien educadas y muestran disposiciones sobresalientes, no ha resultado imposible que lleguen a ser filósofas y gobernantes.
Sin embargo, en estas sociedades actuales se desconocen las habilidades de las mujeres, porque en tales sociedades solo se utilizan para la procreación, estando destinadas al servicio de sus maridos y relegadas a la procreación, la crianza y educación de los hijos. Pero esto inutiliza sus otras posibles actividades. Como en estas sociedades las mujeres no se preparan para ninguna de las virtudes humanas, resulta que muchas veces se asemejan a las plantas, representando una carga para los hombres, lo cual es una de las razones de la pobreza de dichas comunidades, en las que llegan a duplicar en número a los varones, mientras que al mismo tiempo y en tanto carecen de formación, no contribuyen a ninguna otra de las actividades necesarias, excepto en muy pocas, como son el hilar y el tejer, las cuales realizan la mayoría de las veces cuando necesitan fondos para subsistir. Todo esto es evidente ‘per se’ ”.
Verdaderamente lamentable que en mil años no se haya avanzado en el tema y sigamos ‘descubriendo’ algo tan evidente.
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