SIN TON NI SON
- Francisco Javier Escamilla
- 25 noviembre, 2021
- Columnas
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Ya antes me referí a la escuela filosófica de los epicúreos, ahora voy a tocar un poco el tema de los estoicos. Ésta es una escuela que tuvo su época en el mundo grecorromano desde el siglo IV antes de Cristo hasta el segundo siglo de nuestra era. El estoicismo surgió en la isla de Chipre y el sabio que dio origen a esta escuela fue Zenón de Citio, quien vivió entre los años 335 y 265 a. C. La corriente filosófica creada por Zenón se extendió de Grecia a Roma y al resto del imperio romano y se constituyó como una influencia sobre el pensamiento de la civilización antigua. El mismo emperador romano, Marco Aurelio (121-180 d. C.), fue un filósofo de esta corriente y su diario personal, que se supone que durante las campañas militares lo escribía durante las noches en su tienda, forma parte importante de la obra escrita de esta escuela filosófica.
El nombre de estoico proviene de la “stoa poikile”, el Pórtico Pintado del ágora donde se reunían los seguidores de Zenón para discutir sobre temas filosóficos.
Entrando en materia, los estoicos son, en general, conocidos por sus sentencias éticas, sin embargo, también desarrollaron teorías acerca de la epistemología, las ciencias naturales, la lógica y la metafísica. Creían que las cosas vivas están compuestas de materia pasiva y una fuerza activa que llamaban ‘pneuma’ (soplo). Su concepto de Dios era la inteligencia que diseñó el mundo y sostenían que éste seguía cambiando de acuerdo con el orden establecido.
El aspecto ético que más interesaba a los estoicos era saber cómo debía vivir una persona. La respuesta a esta pregunta era: “uno debe buscar la felicidad”. Pero, ¿qué es la felicidad? La respuesta a esta pregunta, por parte de los estoicos, era una excelente actividad del alma, ser virtuoso, valiente, modesto y paciente. No veían mal desear cosas como riquezas, fama y salud, sin embargo, sostenían que la felicidad no tenía nada que ver con eso.
En opinión de los estoicos, una persona que fuera totalmente virtuosa podría ser feliz independientemente de su bienestar físico, incluso pensaban que podría ser feliz aunque estuviera siendo torturado. Creían que las emociones no son simplemente sentimientos, sino que deben llevar consigo las creencias. Por ejemplo, ellos decían que para temer a las enfermedades era necesario creer que éstas son algo malo. Y, como se dijo antes, dado que una persona verdaderamente virtuosa puede ser feliz a pesar de estar enferma, sería un error creer que la enfermedad es algo malo. Y por eso es tan común la creencia de que los estoicos deben controlar las emociones.
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