Poca cultura vial en Toluca.
- Julián Chávez Trueba
- 24 noviembre, 2021
- Columnas
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Será acaso que tenemos casi dos años encerrados, o tal vez es el frenesí de volver a salir con seguridad, o quizás sea la época que con el aumento del ingreso, aumentamos nuestro tiempo en la calle, pero…¡qué horror el tráfico en el Valle de Toluca!
Poco a poco nos vamos convirtiendo en nuestra peor pesadilla: la CDMX, que tantas veces la hemos “peluseado” diciendo -Yo vivo en Toluca y tengo lo mejor de dos mundos, vivir en una capital bien urbanizada, todos los servicios a la mano sin el desagradable tráfico-.
Ahora ya no podemos decir tal expresión, porque todos los días y a toda hora están repletas las calles de gente, autos y lo que se junte. Es realmente una monserga, que conlleva a una reflexión bien honesta y profunda.
Si bien no tenemos ni siquiera el uso habitual de las direccionales que se usan para decir que VAMOS A dar vuela y no para decir que ESTAMOS dando vuelta, hoy quisiera centrar nuestra atención en la cantidad tan grande que hay de motocicletas y motonetas, sin duda se han multiplicado en los últimos años.
Claro, uno va a Costco, Sam´s Walmart, Elektra y Coppel y hay ofertas fabulosas para adquirir este vehículo automotor de dos ruedas a precios irrisorios, pero existe una estadística que es alarmante: en el año 2018 se contabilizaron en el Estado de México 1,887 accidentes de motociclistas contra 3,985 en el 2019, es decir más del doble en un año (INEGI 2020). Así que hay mas motocicletas, pero sobre todo más accidentados.
Pero eso es muy evidente si vemos cómo se conducen los motocicleteros (no todos) temerariamente transitando entre carriles y entre autos, “tirando lámina” olvidando que la lámina es su piel; rebasando por la línea de división de carriles, acelerando a fondo y olvidando los límites de velocidad, sin casco ni protección. Obvio todo esto es el caldo de cultivo de las peores tragedias.
Y es que las motocicletas son tan solo un reflejo de la poca cultura vial que tenemos, porque hasta los transeúntes también pecamos en no cruzarnos en lugares peatonales.
Ya no tenemos los talleres impartidos por el policía de la zona, invitando a todos los alumnos de las primarias a participar en una capacitación vial, no nos solicitan nada para expedirnos nuestras licencias de conductor y por ende, poco a poco se vuelve un caos nuestra calle.
Se ha perdido nuestra cultura vial y no hemos hecho nada, (o hemos hecho poco por incentivarla)
Ojalá de manera paulatina regresemos al respeto de cada actor de tránsito, que empecemos por tomarnos el detalle de contar con la más mínima precaución, tener nuestro vehículo bien señalizado, con las luces de “stop” funcionales porque son esenciales, tener visibles las direccionales, no con colores azules o que no se distingan; motocicletas que se den a respetar ocupando su carril; y hasta peatones que hagan la parada únicamente en los espacios indicados de parada.
Pues en fin, ¡se vale soñar!