La reunión trilateral México, Estados Unidos y Canadá
- José Edgar Marín Pérez
- 18 noviembre, 2021
- Columnas
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Bastante polémica ha generado las próximas reuniones bilaterales, así como la trilateral en la que habrá de participar el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien a partir del día de hoy sostendrá con sus homólogos de Estados Unidos, Joe Biden y el Primer Ministro de Canadá, Justin Trudeau, cumbre que como se ha adelantado tiene como finalidad la revisión del tratado TMEC en sus diversas vertientes sociopolíticas y comerciales para las tres naciones.
Una reunión que se antoja un poco tensa por los embates que en el pasado ha realizado el Primer Ministro canadiense en contra de algunos gobiernos de izquierda en América Latina, adoptando posturas abiertamente liberales en contra del populismo en el continente.
En este contexto habrá de desarrollarse la reunión que para el caso particular de México, será la primera que realice el mandatario mexicano a suelo norteamericano en la era Biden, ya que el reciente viaje de principios de mes fue a la Organización de las Naciones Unidas y su primer viaje de trabajo fue todavía en la administración Trump.
Bajo este entendido, una vez superadas las supuestas diferencias que hubo al inicio del gobierno de Joe Biden cuando se acusó que el gobierno mexicano era pro republicana, es que la administración pública mexicana tiene ante sí la oportunidad de llegar a acuerdos con la Vicepresidenta, Kamala Harris, quien ha trabajado arduamente todo este primer año de gobierno en fraguar un acuerdo migratorio que sea favorable para casi 11 millones de connacionales que se encuentran actualmente en los Estados Unidos, una negociación política que implica un llamado a la cooperación entre México y Estados Unidos para consolidar un acuerdo que emule los logros del programa bracero desarrollado por Estados Unidos de 1942 a 1964.
Por lo que hace a la relación entre México y Canadá, de igual manera la consolidación de nuevas oportunidades de trabajo para mexicanos es uno de los principales motores de esta reunión, ya que actualmente las solicitudes de trabajos temporales y permanentes de mexicanos que desean ir a trabajar al país de la hoja de maple se cuentan por miles, muchas de las cuales se quedaron en el tintero por la llegada de la pandemia por COVID-19.
Precisamente, una de las razones preponderantes para el gobierno mexicano sobre esta reunión, ha sido el hacerse de aliados para que la Unión Europea acepte a los mexicanos que se hayan vacunado en contra del virus SARS COV2 con alguna vacuna que no haya sido autorizada todavía por la Organización Mundial de la Salud (OMS), como en el caso de la Sputnik V y Cansino, ya que continúan las restricciones para que los compatriotas que tienen deseo de viajar a Europa sean admitidos en el viejo continente.
En otro orden de ideas, las motivaciones comerciales de México respecto al TMEC tienen una gran importancia, ya que desde la época del otrora TLCAN, se ha esgrimido en distintas esferas públicas que ambos acuerdos comerciales favorecen la existencia de una doble tributación al momento en el que las empresas mexicanas buscan posicionar sus productos en los mercados de ambas naciones, por lo que la política arancelaria que suele ser más perjudicial para México ha desatado múltiples debates, mismos que al día de hoy no han encontrado respuesta.
Bajo esta óptica, la reapertura fronteriza entre las tres naciones con pandemia o sin pandemia debe ser un hecho, de lo contrario los costos elevados de importación y exportación para los países implicados continuarán generando una inflación generalizada para cada uno de los mercados.
Finalmente, una de las exigencias más añejas (desde 1997 para ser exactos), es sobre la pertinencia de incluir a otras naciones del continente en este acuerdo comercial, recordando que en aquellos años Chile fue el primer país en levantar la mano, cerrándole el paso por completo por parte de los legisladores de ambas naciones. Sin embargo, si se pretende pasar a un mercado común en toda América y a una política arquetípica que desarrolle una nueva integración en el continente, tal y como sucede en Europa, el TMEC está llamado a dejar de ser un pequeño club de tres naciones para dar paso a nuevos socios comerciales que vengan a revitalizar una zona comercial que parece sucumbir frente a los esfuerzos integracionistas de la Comunidad Económica Europea y la nueva ruta de la seda que encabezará China en el corto plazo. Twitter: @EdgarMaPe