DEJARSE LLEVAR

Estamos en el ecuador del mes de noviembre y tras el “día del soltero” ya solo se habla del “Black Friday” y del “Cyber Monday” a pesar de que todavía queda más de una semana. Hay que asumir que la incitación a comprar y las necesidades de vender son evidentes. No está mal darse un capricho o hacer algún regalo. Hace una semana ya dije que estamos en la antesala de la Navidad con todo lo que ésta conlleva. Las ganas de poder disfrutar de todo nos han hecho bajar la guardia respecto a la pandemia. Es cierto que llevamos demasiados meses con restricciones pero quizás sea el momento de ver lo que está sucediendo a nuestro alrededor. Los números comienzan a subir y las consecuencias las vamos a pagar todos. No digo que paremos nuestras vidas porque no tendría sentido ya que el ansia por la normalidad nos puede. Además, nuestra salud mental también necesita de esos estímulos que la lleven a dejar atrás lo vivido.
Un pasado reciente que todavía está en nuestro presente y que de una manera o de otra nos trae algún que otro recuerdo. Alejarse de lo negativo siempre es bueno y si para ello hay que darse un capricho, éste estaría más que justificado. Cualquier excusa es buena para volver a sonreír porque la vida sigue pasando por mucho que nos lamentemos. Muchas veces esas quejas son injustificadas. Creo que a estas alturas hemos aprendido a valorar lo que tenemos y la salud está por encima de todo. Con ella podemos cumplir nuestros sueños y hacer frente al resto de adversidades. Ya no hace falta esperar al 22 de diciembre para darse cuenta de que la salud es el gordo que nos toca día a día. Frente al espejo, cada mañana tiene que aparecer la primera sonrisa de la jornada.
Obviamente, en veinticuatro horas puede suceder cualquier cosa porque en un segundo todo puede cambiar, pero la capacidad de adaptación de la que tanto se ha hablado en el último año y medio ya la tenemos más que aprendida. La actitud es vital. Como vital es mirar por nuestro bienestar y luchar por él. Por eso, seamos conscientes de que la Navidad está a la vuelta de la esquina y reunirnos con nuestros seres queridos es lo que más anhelamos, pero no está de más mirar de reojo a la cifra de contagios y seguir los consejos de los sanitarios.
Unos consejos que son por nuestro bien aunque estemos cansados de mascarillas, de distancia y hasta del lavado de manos si me apuras, pero ellos mejor que nadie han visto en primera línea los estragos que este virus ha causado. Pongamos en práctica el sentido común. Un sentido común que también nos invita a vivir de una manera distinta la realidad aunque esperemos que mas pronto que tarde todo vuelva a ser más o menos como antes. Estoy convencida de que la pandemia va dejar hábitos nuevos, pero nuestra esencia seguirá siendo la misma.
Noviembre comienza con el día de Todos los Santos y el Día de Muertos y después tiene marcado sus días basado en las compras. El pistoletazo de salida será el encendido de las luces de Navidad y a partir de ahí, todo sonará a las fiestas y habrá que dejarse llevar… La vida también es eso.