A mitad de la semana
- Julián Chávez Trueba
- 10 noviembre, 2021
- Columnas
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La razón Morenista de la reforma eléctrica //AMLO en la ONU, ¿corrupción o autocrítica?
AMLO en los primeros días de su gobierno, seguramente pidió informe sobre los temas de la energía en México. Mediante la información que tenían las oficinas de PEMEX, CFE y la Secretaría de Energía, observó la perdida de ingreso por parte de la CFE, debido principalmente a que hay particulares que hacen su propia luz y por la irregularidad en el cobro del servicio; pero un punto que le llamó la atención fue la cantidad tan bárbara de combustóleo que deshecha PEMEX como resultado de refinar el petróleo en su paso por producir gasolina.
Es tal la cantidad de combustóleo que se convierte rápidamente en un problema, porque ¿dónde se almacena? es potencialmente inflamable; ¿Qué hacemos con él? no hay forma de reingresarlo a la refinación, ¿dónde podemos ocuparlo? no se ha inventado nada aún más que quemarlo.
Actualmente se quema para la generación de luz eléctrica, pero la Ley establece que es lo último que se debe usar porque es altamente contaminante y además, existen numerosas empresas que generan energía eléctrica pero de forma limpia y/o renovable, y esto esta idea ecológica se encuentra priorizada en la Ley.
Entonces pensaron matar a dos pájaros de un tiro; si colocaban al gobierno como único generador de energía eléctrica, recibirían más dinero por el servicio y además, el combustóleo sería el primer insumo para quemar y hacer energía. Sonaba fácil.
Hasta aquí todo bien, aparentemente solucionan dos problemas, sin embargo, justo en la ONU en estos días, se firma un acuerdo en donde la humanidad debe evitar la quema de combustibles fósiles para la generación de energía eléctrica, y justamente México se ha comprometido en el cumplimiento de este acuerdo, todo para tener el menor impacto ecológico.
No se pusieron a pensar en toda la industria de generación de bienes y servicios, tendrá una alza en los costos de producción y por tanto, los productos resultantes se incrementarán de precio, esto sin contar el impacto ambiental de la quema de combustóleo que se visualiza a nivel mundial como el enemigo número uno, incluso, ya se tiene un camino para la transición a la generación de energía mediante la no combustión. Por eso es que, están en venta las refinerías de SHELL, una de las que compró el gobierno federal hace poco.
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Es lamentable que AMLO se atreva desde la tribuna presidencial del Consejo de Seguridad de la ONU a hablar de la no corrupción, cuando ha estado rodeado de señalamientos que no han concluido en respuestas firmes respecto de actos ilícitos relacionado, como los de su prima con contratos de PEMEX; su hermano recibiendo dinero de manera irregular y teniendo al máximo exponente de los fraudes electorales y de enriquecimiento ilícito como lo es Barlett, entre el primer círculo de sus más allegados.
Sube AMLO a hablar de combate a la corrupción en el momento que se publica que por un año más, México se encuentra entre los primeros 5 países más corruptos del mundo.
Hace unos días durante la mañanera, Andrés Manuel López Obrador criticaba el gasto que tuvo Santiago Nieto (Jefe de la Unidad de Inteligencia Financiera) por casarse en Antigua, Guatemala, por la supuesta opulencia de su boda, situación que no es tolerable por la austeridad republicana que maneja como política gubernamental, sin embargo casarse con lujos no es delito; si existe un posible ilícito, pues que se investigue, pero si por ese hecho lo separa de su puesto, es un sinsentido y una medida desproporcionada y genera temor entre sus colaboradores. Por supuesto AMLO supo de la boda con anterioridad y esperó hasta el último momento para tomar su decisión definitiva, sin embargo si se presume un ilícito, debería de investigarlo, de no ser así, el despido de un personaje supuestamente corrupto será otro berrinche de un dictador que no guarda relación con la Ley y menos con la opinión pública.
Nuestro presidente no guarda ni formas ni fondos y en la ONU perderá a nivel internacional la calidad moral que aún guardaba ante los ojos de algunos países del concierto internacional.