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La hipocresía de la migración

El 2021 está por terminar, una agenda llena de pendientes. Un listado de temas que resolver, pero, no todos son prioridad para el gobierno, es decir, no pasarán por la mañanera, no serán comentados por varios minutos y por varios días para acaparar las primeras planas. Que desafortunado que el tema migratorio no le genere mayor popularidad al presidente y que se limite a pronunciar el discurso de toda la vida; trabajar por una migración ordenada y segura.
¿Cómo ordenar a esa marea de migrantes que está llegando a nuestro país? ¿Cuándo se tendrá una estrategia clara para dar respuesta a este tema que cada día se sale más de control? ¿Qué se hará para evitar violaciones a los derechos humanos? ¿Cómo evitar que las mujeres sigan siendo víctimas de mayores abusos? ¿Cómo tratar el tema de las niñas y los niños que viajan solos? ¿Cómo prevenir la trata de personas? ¿Y para cuando una política migratoria?
Firma de acuerdos, de compromisos (incumplidos), pactos mundiales y al final, muchos discursos y pocas acciones. La migración siempre ha estado con nosotros, lo que ha cambiado son las causas y la intensidad de la misma, pues el tránsito constante de personas se ha dado históricamente por elección, bajo la plena libertad del individuo, pero también por necesidad. Se desplazan en busca de trabajo o de nuevas oportunidades económicas y sí, el país que eligen por excelencia para materializar un proyecto de vida sigue siendo Estados Unidos.
Lo que llama la atención es la gran hipocresía por parte de nuestro vecino del norte, pues este ha vivido históricamente del trabajo migrante, trabajo de mano de obra barata, lo que en gran medida explica el origen y fortaleza de su riqueza, pero no por ello presta mayor interés en el tema y le deja el trabajo a México.
El trayecto de los migrantes se encuentra marcado por situaciones de sufrimiento, de manera particular el de las mujeres. Amnistía Internacional estima que seis de cada diez mujeres que atraviesan México en su intento de llegar a Estados Unidos están en riesgo de ser víctimas de agresiones sexuales, por lo que se ha observado que algunas han optado por la ingesta de la píldora o de la inyección anticonceptiva.
En el caso de niñas, niños y adolescentes, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, (UNICEF) ha expresado profunda preocupación por su seguridad y bienestar, particularmente por aquellos que viajan sin la compañía de un adulto. Esto, al observar una evidente deshidratación de las niñas y los niños más pequeños, manifestada por fatiga y somnolencia. Sumado a un acceso limitado de servicios esenciales para su bienestar físico y emocional, nutrición, educación y protección, por lo que están expuestos a un alto riesgo de explotación.
En cuanto a los migrantes que han perdido la vida, en septiembre pasado, elementos de Grupos Beta del Instituto Nacional de Migración (INM) de la Secretaría de Gobernación han recuperado 46 cuerpos de personas migrantes que fallecieron durante su ingreso y tránsito por territorio mexicano entre los meses de enero y agosto de 2021.
La mitad de ellos no portaban algún tipo de identificación, por lo que se encuentran en calidad de desconocidos; del resto, seis son originarios de Honduras, cinco de Guatemala, tres de Haití, tres de Nicaragua, dos de Cuba, y uno de Venezuela, así como tres cuerpos de personas mexicanas con base en el comunicado emitido por el INM.
La migración es una forma de entender las desigualdades contemporáneas. No olvidemos que ustedes y yo somos personas, los migrantes también lo son y tienen derechos sin importar en donde estén. Detrás de cada uno hay vivencias, hay historias y un montón de sueños que cumplir. Tratemos de entender su situación y no adoptemos un discurso hipócrita en el que repudiamos lo que pasa con los mexicanos en Estados Unidos, pero nosotros no somos distintos con los migrantes que ingresan a nuestro país.