Talabartería, tradición en el EdoMéx
- Laura Velásquez Ramírez
- 9 agosto, 2021
- Estado de México
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Toluca, Méx.- La talabartería es una de las 13 ramas artesanales con las que cuenta el Estado de México, oficio que se practica de generación en generación y que familias de la entidad aún mantienen como tradición en la elaboración de calzado.
El municipio de San Mateo Atenco es conocido por elaborar calzado de cuero, tradición que ha pasado por varias generaciones y que ha dado sustento a las familias de este lugar.
Se dice que fue en el año de 1873 cuando inició la actividad en la demarcación, además empezaron a surgir los primeros talleres familiares que actualmente dan continuidad al oficio para el desarrollo económico.
El proceso de elaboración para el calzado inicia desde la compra de materia prima, el cuero en lienzos, posteriormente el diseño se traza sobre la piel para cortarlo, teniendo el juego se cose y se le pone la suela, finalmente los detalles de calidad para salir al mercado.
Las personas que se dedican a este arte han consagrado su vida a mantener viva la tradición y compartir sus conocimientos con sus familiares.
Fabricar un par de botines se lleva varios días, y su costo en el mercado es de 500 pesos, existe una gran variedad de modelos, colores y tamaños.
Los famosos botines charros y los zapatos en general, son uno de los grandes orgullos de esta comunidad artesanal, gracias a su fabricación es considerado como un lugar de creadores de calzado en todo el país.
Se estima que desde las primeras actividades de agricultura y ganadería, el ser humano no sólo comenzó a domesticar al caballo sino también a desarrollar el arte de la talabartería para facilitar su trabajo. De todos modos, hay evidencias de que las tribus aborígenes anteriores a los campesinos ya trabajaban el cuero, e incluso lo grababan con calor.
Hablando específicamente de la montura usada para cabalgar, no contamos con una fecha suficientemente precisa acerca de su creación. A pesar de ello, se sabe que en el siglo I a. C. ya la usaban los antiguos romanos, gracias a diferentes registros que lo prueban. Por otro lado, algunos historiadores están convencidos de que los nómadas de Asia fueron los primeros en crear monturas.
Si bien con el correr de los siglos el diseño y el formato de los productos de la talabartería han cambiado, algo que se mantiene intacto es el hecho de que se fabriquen de manera artesanal. Este rasgo ha conseguido trascender el tiempo y la imposición de la industria, a diferencia de otras disciplinas que se convirtieron a la producción en masa por medio de maquinarias.