EL VALLE DEPORTIVO

Ser mejor persona con todo y que te quiten medallas, reconocimientos, diplomas, etc., pero que no te dañen y tener la frente en todo lo alto. La paz no se negocia…se establece y el deporte y la vida son uno mismo. PEFULO.

… hubo (pasado) “alguien” que en cada oportunidad que tenía y/o buscaba y generaba, champaba los caóticos momentos como si fueran cartas de presentación, lo hacía tanto verbal como la expresión física a tope; a veces y a menudo fingiendo, denostando, agrediendo, apelando a sus pensamientos y “sentimientos”, azotando su propia mente con destructivos escenarios del más allá, con recuerdos de años anteriores que solamente devuelven complejidad de emociones descoyuntadas. Eso genera otras reacciones, comúnmente se transforman en reclamos, reproches, ironía, golpes bajos y otros directos al corazón. Hay quienes fincan sus “verdades” como auténticas fortalezas que son incapaces de ver más allá de su frente…queda claro que todos cometemos errores, nos equivocamos y se pagan a veces facturas demasiado elevadas como el olvido, el destierro, o bien, siempre señalado, criticado y juzgado, incluso por quienes ni siquiera se imagina uno.
Hoy tocó el turno de la crónica de un contundente final, de un rotundo ¡no más! y de resurgir como el ave Fénix. El tema en boga es la clavadista Paola Espinosa, quien, en un arranque de ira, de contención, de tanto guardar rencor, de una volátil conjunción de ideas y haciendo gala de las redes sociales lanzó un dardo envenenado manifestando su inconformidad por los resultados obtenidos por dos de sus excompañeras, expresando su malestar a todo el mundo evidenciando una clara muestra de resentimiento. Lo peor, es que cuando el daño está arrojado casi nada se puede hacer. Obviamente salieron a relucir horas después un “profundo arrepentimiento” aclarando, como siempre ¿verdad? que se malinterpretó su mensaje y que no iba con dedicatoria especial a las clavadistas aludidas sino a “otra(s)” persona(s).
Como haya sido el furor del caso en comento, sucede que, en un alarde de incomprensión, de total desacuerdo y no converger con las ideas de un supuesto núcleo fortalecido, se echa por la borda lo más rescatable quedando expuesto al unísono lo que todos conocemos, ninguna ruptura tiene un final feliz y esta es más que evidente, lo que no se vale es arrastrar a los inocentes y recargarse enseguida para disfrazar tanto desdén y desprecio. Cierto que hay un tema atroz con antecedentes que hacen que volteemos la mirada un poco y darnos cuenta de que lo que parecía miel sobre hojuelas se convierte en auténtica hiel y no cabe más duda que se mancha todo, saltan a la vista las muestras de desaprobación por el simple y complejo momento hasta de respirar, lo que se traduce que todo lo que huela a quien fue en su momento alguien especial no quede más que recuerdos. El pleito ha traspasado barreras, los federativos, las televisoras, los analistas, reporteros, comentaristas, patrocinadores, entrenadores y para colmo el resto de la familia nuclear, toman parte de algo que no debía ser guerra en ningún momento.
Soy de los que cree en la continuidad en todo momento, pero también soy testigo de que todo tiene límites y hay que hacer un alto total y recomenzar y lanzarte a otro lado. Paola admitió que se trató de una mala interpretación de sus palabras, pero el veneno se regó de inmediato e hizo efecto, por supuesto que hay quienes están a favor y otro sector en contra. Salta al análisis si lo mejor del caso es quedar como un buen recuerdo o seguir generando confusión, pleito y hasta lejanía, esto solo nos lo dirá el tiempo y las consecuencias, que, dicho sea de paso, vaya que han hecho mella entre los pseudo dirigentes de la Federación Mexicana de Natación y quien en su momento fue un estandarte de toda la familia.
Acá hay todo un vínculo de ferocidad, por un lado, los dirigentes que tienen en sus manos los destinos, clasificaciones, designaciones y que se amparan bajo los lineamientos que están establecidos y por otro el de los atletas y deportistas que muchas veces noooooo son avisados en su justo tiempo, medida y realidad, esto resalta en tentativa de agresión contra la persona, el ejemplar deportista y un séquito que labra su destino con base en trabajo limpio y puro. Ahora bien, tampoco es que esté a favor de quien en los trampolines o plataformas diera grandes satisfacciones al país, pero pareciera una aguja en un pajar y la realidad es que el tema vertiginoso del deporte en México es bastante delicado, pasa por un manoseo a diestra y siniestra de los malvados que aprovechan para inflar sus arcas, evitan a todo costa respetar reglamentos y hasta incluso inventan a menudo sendas reglas de oro…pero la realidad está en apreciar el medallero hasta hoy y valorar no sólo los clavados sino todas las demás disciplina, no podemos seguir teniendo sueños guajiros y aspirar a que si hay apoyos hay metales, ya lo dijo Vanessa Zambotti, “una medalla olímpica no te da ser buena persona…”
Pásenla bien!!!