La culpa es de nosotros
- Julián Chávez Trueba
- 17 marzo, 2021
- Columnas
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Es cierto que AMLO dijo a todo el pueblo de México justo cuando estaba empezando la pandemia que nos abrazáramos, que él nos avisaba, pero ese aviso nunca se dio, sino por el Dr. Gatell que fue la cara gubernamental ante la pandemia. Con ello vinieron innumerables declaraciones desatinadas, un semáforo que nunca se siguió ni se informó, indicaciones contrarias, que ponte el cubrebocas, que no y entonces por ello culpamos de los más de 200 mil muertos que ha producido este virus en nuestro país, sin embargo, no podemos dejar el buen pedazo de responsabilidad que tenemos como sociedad y las malas acciones que también nosotros realizamos.
Dicen que si hay que escoger rosas, para muestra un botón, porque es fácil determinar la reacción tan deplorable que tenemos ante nuestra realidad. Este fin de semana estuvieron abarrotadas las playas y centros turísticos de México.
Para el caso concreto de nosotros en el Valle de Toluca podemos hablar de destinos como Ixtapan de la Sal, la Marquesa y Valle de Bravo, que estuvieron a tope. Si bien es cierto que la derrama económica es necesaria para el sector turístico y de servicios, también es cierto que tal incidencia indica que existe un mayor riesgo de contagio.
Les aviso a todos que estamos en naranja, esto quiere decir que debemos evitar aglomeraciones y guardar las indicaciones de sana distancia, lavado o sanitizado constante de manos y superficies y, sobre todo, continuar resguardados en casa, el mayor tiempo posible.
La recomendación es evidentemente necesaria, debido a que ya viene la temporada de vacaciones de semana santa y es justo cuando más nos destapamos y nos mojamos en playas y albercas. Es indispensable que en la medida de lo posible nos guardemos en casa, evitemos lugares concurridos y no dejar el uso del cubrebocas, ya que incluso en algunos países se ha recomendado el uso de cubrebocas doble.
Alemania ya informó a la ONU que está presentando su tercera ola de contagios, esto es un ejemplo de lo que nos depara el destino, o más bien de las consecuencias de nuestros propios actos y en la medida en que nuestros actos se contengan, estaremos en contención de esta enfermedad convenientemente.
Ojalá que esta recomendación permee en muchas conciencias porque estoy seguro que después de la semana santa vendrá nuestra tercera ola, que espero que no sea peor que las anteriores.