Charles Bukowski

“Una vez en la calle caminé con decisión entre la contaminación. Tenía los ojos tristes, los zapatos viejos y nadie me quería. Pero tenía cosas que hacer.” Charles Bukowski.
Inicio esta columna con ese párrafo de la última novela del maestro Bukowski, llamada “Pulp” por la referencia a la contaminación y por celebrarse 100 años de su nacimiento hoy domingo 16 de agosto. El escritor, a través de su famoso personaje Henry “Hank” Chinaski, describe de manera cruda y descarnada a los seres humanos, con un realismo sucio tanto en los anhelos como aficiones y vicios. Así, en el interior de sus novelas y poemas también deja entrever el descuido de la humanidad hacía sí misma y el medio ambiente. Rescato dos reflexiones del autor en las que señala la conciencia del ser y lo que le rodea: “El mundo me ha dado forma y yo he dado forma a lo que he podido” y “Si no podemos salvar el mundo, al menos sepamos lo que es, dónde estamos”.
Hablamos siempre sobre la crisis ambiental, su gravedad, sus efectos, críticas y también ya nos hemos planteado un poco la necesidad de hacer una mirada introspectiva sobre el grado de compromiso con el ambiente y/o de responsabilidad con la huella ecológica que generamos a diario. De este modo nos encontramos frente a la concreta necesidad de accionar en defensa del medio ambiente y de nuestra salud, finalmente destinataria de la calidad de aire, agua, disposición de recursos naturales, etc, además de mínimamente pensar en cómo vivimos, y cómo deberíamos vivir en lo sucesivo, para hacerlo responsablemente y de la manera más sustentable posible.
Necesitamos despertar a la conciencia ambiental para poder ganar la batalla que está degradando tanto nuestro planeta, nuestra casa común, y para ello resulta fundamental educar y enseñar, mostrando lo que sucede en la realidad de los hechos para que todos podamos tomar decisiones claras y concretas, tendientes a mejorar la calidad de vida del planeta y de la humanidad. La conciencia es la base que tiene todo ser humano para analizar y comprender, para que todo lo que haga y diga, no perjudique a terceras personas en el mundo para así definir las actividades del ser humano para la sociedad y el bienestar de esta.
Una forma de encarar lo planteado por Bukowski es la Educación Ambiental, entendiendo tal concepto como un proceso de formación para el individuo sin importar edad o sexo y que dura toda la vida, permite impartir conciencia ambiental sobre la importancia del medio ambiente, conocimiento ecológico, actitudes y valores hacia el medio ambiente para tomar un compromiso de acciones y responsabilidades que tengan por fin el uso racional de los recursos y poder lograr así un desarrollo adecuado y sostenible, que contribuya a la solución de los problemas ambientales que enfrentamos en nuestra ciudad.
Los objetivos de la educación han sido definidos por la UNESCO, y son los siguientes:
Toma de conciencia: de los problemas relacionados con el medio.
Conocimientos: ayudar a interesarse por el medio.
Actitudes: adquirir interés por el medio ambiente y voluntad para conservarlo.
Aptitudes: ayudar a adquirir aptitudes para resolver el problema.
Capacidad de evaluación: evaluar los programas de Educación Ambiental.
PIENSA GLOBALMENTE, ACTÚA LOCALMENTE
Todo un éxito ha sido el Diplomado en Educación Ambiental organizado por la Universidad Autónoma del Estado de México, la Universidad Tecnológica de Nezahualcóyotl y el Ayuntamiento de Toluca, en el que incluso participan gran cantidad de investigadores en modalidad de alumnos. Los días 11 y 12 de septiembre toca desarrollar los temas referentes al agua a cargo del Dr. Pedro Ávila y de su servidor. Nuevamente agradezco la confianza depositada por parte de la Mtra. Ana Margarita Romo, Directora General de Medio Ambiente y de la Mtra. Mónica Vulling Garza para poder participar en esta encomiable labor.
Reciban un abrazo a la distancia de su amigo, Luis Eduardo Mejía Pedrero. Comentarios al correo [email protected] Instagram @mejiapedrero Twitter @cuencalerma o por Facebook.