LOS UNIVERSITARIOS REABRIREMOS LAS AULAS CON LA TENACIDAD DE QUIENES SE CRECEN ANTE EL DESAFÍO: ALFREDO BARRERA

Sergio Garza Gutiérrez
11 agosto, 2020
Columnas
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Los universitarios reabriremos las aulas, de manera virtual y presencial con energía transformadora que nos caracteriza, con la tenacidad de quienes se crecen ante el desafío bajo la conciencia de que hoy más que nunca, somos ejemplo para una sociedad que necesita guías para reencontrarse con el futuro.
Se asoma como un Prometeo que ambiciona arrebatar el fuego de los dioses mediante la palabra para la libertad a la inteligencia, pero no pugna por una inteligencia que corroboren conocimiento, sino aspira a una inteligencia que nos salve del error y del horror.
Él sabe que la irracionalidad conduce antes o después a la violencia, y promueve la razón para el conocimiento, pero también la razón para la felicidad, y es un gambusino del conocimiento que se transforma en faro para atraer hacia la libertad a quienes buscan y entienden la palabra como punto de contacto del Ser con el Cosmos, Su generosidad creativa, sigue multiplicando aquellos signos identitarios que nos hermanan con la especie y el Cosmos.
Estas fueron las palabras del Rector de la Universidad Autónoma del Estado de México, el Doctor Alfredo Barrera Baca durante la ceremonia conmemorativa del académico, escritor y poeta Horacio Zúñiga de su 123 aniversario de su natalicio.
Continuando con sus palabras recordó que un día como hoy nació Horacio Salvador Zúñiga Anaya que nació en Toluca en el año de 1847, hoy en esta adversidad que nos une en la distancia, cuando la voluntad y trabajo de nuestras profesoras y profesores encabezan la heroica respuesta de nuestra comunidad universitaria, frente a la pandemia, los universitarios enaltecemos con gratitud la proverbial entrega del escritor a su pasión docente.
Así como este hombre de cultura inspiró a sus contemporáneos, hoy nos inspira para mejor comprender la misión del docente en estos tiempos de pandemia.
Asimismo, el titular de la Universidad Autónoma del Estado de México subraya que por todo ello podemos afirmar que Horacio Zúñiga siendo fruto de su tiempo y su lugar, es también, una flor natural en nuestra Alma Mater, gracias a todos por su compañía.
Este evento tuvo lugar al Frente de la Biblioteca Central, en donde se encuentra una digna escultura de este escritor, catedrático y poeta, en donde el Rector Alfredo Barrera Baca afirmó que la enseñanza del profesor del Instituto Científico y Literario se mantiene vigente, ya que se conoce la congruencia personal entre su visión estética y la actitud ética de su magisterio.
Cabe acotar de que se dieron cita en esta ceremonia el Secretario de Docencia, de Difusión Cultural, los directores de las facultades de Lenguas, Humanidades, Artes, Antropología, Ciencias de la Conducta, Ciencias Políticas y Sociales, de Infraestructura Académica y el titular de la Escuela de Artes Escénicas
Cabe señalar Ilustre Lector de que Horacio Zúñiga comenzó su carrera académica en la preparatoria del Instituto, teniendo que dirigirse a otras latitudes para continuar con sus estudios, regresa en 1926 al Instituto de Toluca en donde fue profesor en Castellano, Filosofía e Historia.
Lo más relevante para la comunidad universitaria, es que en 1928 participó en el Primer Centenario del Colegio componiendo la letra el en esa época llamado el Himno Institucional, y la música fue compuesta por el maestro Felipe Mendoza en el mismo año oriundo de Tenancingo, y el 3 de marzo se presentó y se cantó por primera vez en público el Himno al Instituto con el acompañamiento de la Banda de Música del Estado de México, y sigue siendo cantado por toda la comunidad universitaria en las principales ceremonias.
Consideré ilustre lector incluirlo en este nuestro espacio, para concervarlo, ya sea tenerlo presente, recordarlo o en su caso conocerlo:

HIMMNO

CORO
¡Instituto, perínclita cumbre
donde el alba es faisán de arrebol,
con tu enjambre de abejas de lumbre
liba el alma de auroras de sol.
ESTROFAS
I
En los vórtices firme y sereno,
a la vez poderoso y radiante,
los jardines de luz del diamante
acuarelan tu escueto crestón;
y en el plinto inmortal de tus glorias
que son líricas pascuas de flores,
la centella se quiebra en fulgores,
y hasta el trueno se vuelve canción.
II
Capitel de los vuelos del alma,
torre de oro del ave doncella
donde, en éxtasis, mira la estrella
cómo duerme el azul virginal,
Mirador del anhelo argonauta,
Gambusino de brujos paisajes,
que en bajeles de alados celajes
busca un aúreo vellón sideral!
III
Del divino ideal lampadario;
luminar de saber y armonía;
de las rosas más claras del día
milagroso y radiante vergel;
en tus aulas que enjoyan el antro
de las más rutilantes preseas
los cerebros son jaulas de ideas
con zenzontles de gorjas de miel!
IV
¡Instituto ! ¡Instituto preclaro!
salve a ti que de alturas sediento
desbaratas las frondas del viento,
con la voz de tu enorme clarín;
y a la vez taumaturgo y ciclópeo
por trocar las miserias en galas
a la sombra le doras las alas
y al ciclón le perfumas la crin!
CORO
¡Instituto, perínclita cumbre
donde el alba es faisán de arrebol,
con tu enjambre de abejas de lumbre
liba el alma de auroras de sol!