Trabajo doméstico, de los más afectados por el Covid-19
- Laura Velásquez Ramírez
- 29 julio, 2020
- Estado de México
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Toluca, Méx.- El documento Trabajadoras Remuneradas del Hogar en América Latina y el Caribe frente a la crisis de la Covid-19, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), señala que entre 11 y 18 millones de personas de la región se dedican al trabajo doméstico remunerado. De ellas el 93 por ciento son mujeres. El trabajo doméstico supone entre el 14.3 por ciento y el 10.5 por ciento del empleo de las mujeres en la región.
Solo el 10 por ciento de las personas que se dedican al trabajo doméstico están al amparo de la seguridad social, lo que equivale a que los demás no tienen derecho a ausencias por enfermedad pagadas, acceso garantizado a la atención de salud, prestaciones por lesiones profesionales, o seguro de desempleo. Muchas de estas personas perciben una paga de no más del 25 por ciento del salario medio, por lo que carecen de ahorros con los que afrontar una emergencia financiera.
Luz María, vive en el municipio de Almoloya de Juárez y es mamá de tres jóvenes. Para llegar al trabajo, primero toma un taxi, después un camión, tarda cerca de 1 hora con 20 minutos en llegar a la casa en la que labora ubicada en Santa Bárbara en Toluca. Desde que comenzó la cuarentena, aceptó que le dio miedo contagiarse durante sus trayectos, pero llegó al acuerdo con sus patrones de acudir solo tres veces a la semana y los horarios fueron más cortos, esos días entra a las 9 de la mañana y sale a las 3 de la tarde, siempre va con cubrebocas que ella misma se compró.
La trabajadora doméstica, indicó que posee seguridad social, una prestación que no muchas de sus amistades dedicadas a la actividad tienen, sin embargo, la emergencia sanitaria provocó que le disminuyeran el salario de mil 200 a 950 pesos semanales.
Pese a la crisis actual, comentó que es de las pocas trabajadoras en el hogar que tiene trabajo pues ha platicado con más personas que tras perder su fuente de ingresos, se las han visto difíciles.
“Supe de varias personas que se quedaron sin empleo y tienen que mantener sus niños. Unas lavan ajeno, otras han decidido vender comida. Soy de las pocas que se ha mantenido con trabajo, aunque me redujeron el sueldo, esperemos que medio se mejore”.