La delicada línea de sentirte ofendido

Los mexicanos somos geniales cuando se trata de poder reírnos de cosas serias y respetables. Nos reímos de la muerte, sí ya lo sabemos, pero nos reímos de personas con capacidades diferentes, en situación de vulnerabilidad y en general nos reímos de todas nuestras debilidades.
Hace un tiempo fui a un show de stand up con una persona que no tenía pulgares por tener una malformación en las manos debido a un problema congénito. El comediante no paraba de burlarse de sí mismo y su comedia era un tanto ácida y toda obscura, pero eficaz. Que sí no podía ser Cesar romano y decidir por la vida de un ciudadano o si no podía poner Like en Facebook, pero lo interesante del asunto es lo poco vulnerable que en realidad se convertía por poder notar sus defectos, para unos, pero diferencias en realidad.
Esto me hace pensar ahora en que algunos tachan caricaturas como Animaniacs de Steven Spelberg con un tache supuestamente hiriente o inapropiado por burlarse de muchos estereotipos. Pensar que los Simpson llevan por lo menos 15 temporadas justo basando su humor en este punto, estereotipos y a nadie le importa porque todos estamos representados ahí y nos identificamos con gusto.
Ahora con el escándalo que levantó Chumel Torres noté tanta gente que lo sigue sólo para levantar ofensas hacia él, digo ¿qué sentido tiene?, si tú sigues a alguien en twitter es porque te interesa no por desahogarte ¿o si?.
Lo que no entiendo es cómo nos hemos polarizado que ya no hay medias tintas entre la bondad y la maldad. La burla y mofa no caben. O debes ser un iluminado que todo dice bien con amor y respeto o eres un homofóbico, misógino, inconsciente e idiota.
¿A caso se ha muerto el sarcasmo? Recordemos que es el camino del chiste de los intelectuales. Si es así, entonces ¿dónde quedó la libertad de expresión? Al final de cuentas, no tenemos la obligación de darle click o seguir o leer lo que no nos guste. Cada quien es consciente de su voluntad y podrá hacer una investigación o un crimen, pero es decisión de cada uno.
Estamos llegando a un punto en que cualquier persona se ofende de un comentario porque se pone el saco de víctima y entonces ese comentario se toma como el peor. No podemos llegar a ese extremo, porque perderíamos la esencia humana de a picardía, de decir algo disparatado, total si no se entiende la mofa, pues que la expliquen y listo, habrá a quien le parezca deliciosa y habrá a quien no le entre la sátira, porque hay artes y oficios para todos. Cada cabeza es un mundo.
Espero con muchas ganas que no se pierda personalidad la información, que no se ahogue la libertad de expresión en aras de un supuesto valor del respeto.
Yo por el momento ofrezco una disculpa por tanta cosa que diré y escribiré en este espacio, pero sin duda alguna no era jamás por hacer sentir mal a nadie por lo que ruego que no se pongan el saco de ofendidos porque ese saco no se confeccionó jamás.