Lo sucio de las energías limpias
- Elva María Maya Marquez
- 29 mayo, 2020
- Columnas
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La energía es un recurso que sin darnos cuenta es de lo más valioso que tenemos o piensen que sería de nosotros ante un escenario como el que hoy vivimos sin el suministro de energía eléctrica sin embargo, pocas veces se piensa de donde procede esta energía; si de la parte que se produce con lo que se conoce como energías sucias: carbón, petróleo o gas o de la parte generada por energías limpias: sol, viento o agua.
Este tema cobro particular relevancia el pasado lunes 18 de mayo cuando el presidente de la república dio a conocer durante la conferencia matutina la decisión de frenar la inversión privada en torno a las energías limpias ante lo que señalo como un exceso en la entrega de contratos con “facilidades” a quienes produzcan energías renovables, energías limpias pero en algunos casos con negocios sucios.
Las energías renovables como el agua, el viento o el sol a diferencia de la energía generada a partir de combustibles fósiles como el carbón, el petróleo o el gas, no generan residuos dañinos para el medio ambiente. Las energías renovables son la alternativa más limpia y respetuosa con el medio ambiente a la hora de generar luz y electricidad, lo contrario a las energías convencionales que emiten gases contaminantes y residuos radiactivos perjudiciales para nuestra salud y el medio ambiente.
Los beneficios que resultan del uso de las energías renovables son evidentes y la decisión del presidente no quedo lo suficientemente clara por lo cual es necesario que los ciudadanos estemos enterados que, en México, las empresas eólicas solo otorgan el 1 por ciento y no el 4 como en otros países de ganancias directas a los campesinos que aceptaron rentar sus tierras.
De acuerdo con la Plataforma Periodística para las Américas CONNECTAS, en Oaxaca, las empresas no han pagado impuestos a los municipios y han facilitado la importación de materiales que no benefician al mercado mexicano.
Para hacer un pequeño recuento de estas concesiones vamos a situarnos en el sexenio de Vicente Fox, donde se autorizaron 5 parques eólicos, con Felipe Calderón ascendió a 12 y en el último sexenio encabezado por Enrique Peña, se otorgaron 8 permisos, entre los principales beneficiados destaca: Carlos Slim, Ricardo Salinas, Alberto Bailléres, Rogelio Zambrano y Germán Larrea, nada nuevo.
Para citar un ejemplo, hablemos de la empresa Iberdrola México, la cual llegó a nuestro país en el sexenio de Ernesto Zedillo, justo cuando enfrentaba en su país demandas por supuesto tráfico de influencias y sobornos a funcionarios públicos para obtener permisos de operación.
Esta empresa empezó a recibir contratos muy favorables por parte del gobierno desde que Felipe Calderón era Secretario de Energía en la administración de Vicente Fox. Durante el sexenio de Calderón obtuvo concesiones para la generación de electricidad y para 2016 el ex presidente Calderón “casualmente” se integró al consejo de administración de la filial la cual ha trabajado en el desarrollo de energías limpias.
Un año antes de concluir su mandato, el ex presidente Enrique Peña, otorgó un permiso a través de la Comisión Reguladora de Energía para qué en Unión Hidalgo, Oaxaca, se construyera un parque eólico aun cuando este no estaba concluido y sin previa consulta a sus habitantes.
En 2019, se contaba con 28 parques eólicos instalados en territorio oaxaqueño de estos, 23 operados principalmente por empresas españolas y francesas y solo un contrato se otorgó directamente a la Secretaria de la Defensa Nacional (SEDENA) para el abastecimiento de energía y cuatro más están a cargo de la Comisión Federal de Electricidad (CFE). Cabe señalar que estos parques eólicos también han sido desarrollados con capital de origen español.
Para comprender un todo se deben conocer sus partes. Las energías limpias son y serán la mejor opción a nivel mundial, lo sucio, efectivamente se encuentra en la manera en que se han otorgado los contratos y es justo ahí donde se debe centrar la discusión.