Predicciones sin eufemismos
- Julián Chávez Trueba
- 13 mayo, 2020
- Columnas
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Muchos amigos, familiares y lectores me han preguntado lo que pienso que va a pasar en el futuro próximo en razón con el COVID-19 y las condiciones generales en las que ha puesto el planeta tierra; así que sin más in más, verborrearé ideas que con un ejercicio suyo, amable lector, encontrará la relación mediante un ejercicio sarcástico.
1. EN LA ECONOMÍA. Si bien todos los economistas establecen que la crisis que deja este confinamiento no se iguala en toda la historia de la humanidad, es importante mencionar que muchos de ellos establecen este sentido pesimista (o realista) con base en los datos que arrojan las tablas con las que se ha cimentado y construido la economía, es decir, no existe alguien que pueda decir que no habrá recuperación de este “bache” económico sino hasta dentro de un par de años. Otros economistas inclusos se han aventurado, con tono de gurús económicos, a decir que debemos salir a las calles, que no es redituable cuidar de un 10% de la población que se moriría por el COVID-19, echando a perder las vidas de los que se encuentran en el 90% restante (Michael J. Burry); este último es el tipo de comentarios que escucha Trump, porque gente como él suelen darle más importancia al dinero que a la vida de los demás -mientras no se trate de los suyos pos supuesto-.
Creo entonces que no podemos evaluar algo que nunca fue esperado, ni planeado, ni programado, ni medible esperando que con los números que no alcanzan, poder encontrar la solución. Creo que debemos entender que esta crisis es una decisión que nos sirve para alcanzar un bien superior el cual es la seguridad sanitaria y por tanto la vida. Entonces creo que esta crisis se verá superada mucho antes de lo que muchos analíticos estiman, puesto que todas las demás crisis se apalancaron en objetos, bienes o el propio dinero que perdió su valor; hoy el dinero vale lo mismo, no hay una escases de algún producto, los bienes que no valen nada (como el petróleo) se encuentran así por el exceso de producción y la nula demanda. Yo estimo que la economía tendrá un repunte de inmediato en rubros como el entretenimiento (pensando en todos los eventos, cumpleaños, XV años y bodas que se tuvieron que posponer), el turismo (con toda la gente que ya quiere salir y disfrutar de las playas limpias y destinos libres de humanos) y el alimenticio (con restaurantes llenos de quienes ya no aguantan el sabor casero o quieren variar su dieta). Recordemos que hay sectores que no pierden tanto como otros, por la variedad de sus productos o servicios y por la inversión a largo plazo que les hace contener ciertos costos fijos. Un ejemplo de todo esto es el personal burócrata, ejecutivos de empresas grandes, algunos sectores tecnológicos, construcción y sector educativo privado.
2. LA IDEOLOGÍA. Una gran parte de mis contactos se han manifestado en redes sociales con la idea constante de que la gente ha cambiado o tiene que cambiar para adaptarse al nuevo mundo que tendremos post COVID-19, como esperando un cambio radical de 180 grados, hacia una idea de paranoia de la fragilidad de nuestro mundo y sugiriendo que nuestros gustos y necesidades cambiarán.
Yo creo que la gente no va a cambiar nada. Algunos jefes sabrán que es más barato y fácil mandar de vez en cuando a algunos trabajadores a hacer el sencillo “home office”. Algunos otros sabrán que hay áreas que son prescindibles (ojalá que pasara eso en gobierno). Y algunos otros (muchos) tendrán su vida normal, con cubre bocas y guantes. Me gusta pensar que ahora no me verán como un extraño cuando me moleste si alguien no se tapó la boca al estornudar o cuando pido que se tapen la boca cuando tosan.
Como en otras grandes pandemias históricas la humanidad se adaptó únicamente en su higiene. Con la peste negra la gente sacó a los roedores de sus granjas y se procuró bañar para no tener pulgas, las cuales fueron las responsables de propagar la peste. Con la sífilis y el VIH se acabó la promiscuidad para dar paso al control natal y de relaciones sexuales. Pero en ninguno de los casos cambiaron los gustos o la costumbre, simplemente mejoramos nuestros hábitos. Igual pasará ahora, nuestra higiene nuevamente mejorará y escupir en la calle, toser y estornudar sin la boca tapada será muy mal visto de ahora en adelante.
3. EN LA RELIGIÓN. Existen sucesos que impactan nuestra vida y existen sucesos tan insignificantes que detienen nuestra acción, todo depende de la medida y la calidad del suceso para que realmente se convierta en un parteaguas en nuestro comportamiento y en su mejora, así que dudo mucho que un número importante de personas se pongan a reflexionar sobre sus comportamientos y mejorar en su camino de virtud.
A quien le guste el misticismo estará siempre apoyando sus teorías en sucesos magnos. Ahora con el COVID-19 algunas religiones dirán que Dios no está enseñando una lección de humildad, o tal vez dirán que Dios ayuda a los médicos y a los bioquímicos en encontrar una vacuna y otros simplemente darán las gracias a quien los vacune.
4. ASPECTO SOCIAL. Este encierro aumentó lo notorio de nuestras decisiones sociales. A quien escogió bien su pareja, estará disfrutando de las mieles de estar con esa persona amada, pasando el tiempo con ejercicio, juegos, trabajo y silencios adecuados, provechosos y abiertos. A quien tenga amante le estará constando la mitad de su vida este encierro. En general (mis amigos psicólogos no me dejarán mentir) alguien que es balanceado en su vida, que lleva una vida decorosa, que disfruta de una buena charla, toma vino de vez en cuando, quien disfruta de cocinar, convivir consigo mismo y que no base sus afectos en lo que compra, posee o presume, estará bien todo este tiempo. Recordemos que la violencia familiar ha aumentado en un 300% según las estadísticas del 911, lo que quiere decir que existe un montón de gente inconforme con su vida y consigo mismos.
Por ello es importante pensar que si no puedes estar con tu familia en estos días y no lo soportas, se realice un acto de contrición, pensando con sinceridad y transparente honestidad en lo que hace que nos moleste y si es necesario separarse de todas esas personas que resultan tóxicas. Dicen que la soledad es la mejor consejera. Si una vez que no se aguanten solos, sabrán a quiénes extrañan y habrán domado ya a sus propios demonios. O más fácil de entender, hagamos responsables de nuestras decisiones y es sabio cambiar de opinión, pero sobre todo, amable lector, no hay que vivir frustrados ni enojándonos más de 3 veces por semana.
5. EN CUANTO A LA CRISIS MEXICANA. Ya ha quedado claro que mientras en otros países muy capitalistas y neoliberales, protegen demasiado el gasto familiar y el patrimonio empresarial, nuestro gobierno de fraternidad y moral intachable no ha sabido cuidar de su rebaño. No podemos contar con el gobierno (como casi siempre,) por lo que observo que el micro y pequeño empresario no tiene opción más que mejorar su producto y continuar con la poca innovación de su servicio y calidad en el proceso de venta. El mediano (algunos) y gran empresario estoy seguro que visualizará la forma de colocar su operación fuera del país para dejar el mínimo capital invertido en nuestro país en tanto no se den las condiciones de seguridad en la forma de hacer negocios. Por supuesto que para que haya empleos debe cuidarse a cada una de las mil doce mil empresas que según nuestra secretaria de economía tiene México, pero si no hay seguridad para las rutas de envíos, seguridad en bienes inmuebles y en la propia integridad física, empuja a muchos a salir con su dinero del país y ajustar su maquinaria desde el extranjero, por lo que veo que la crisis que coloca el Banco Mundial para México con un decremento en el PIB de 7.4%, llegará mucho más allá. Lo vislumbro como algo parecido a la crisis del 94 y la devaluación del peso frente al dólar; la solución era devaluar el peso y dejar que flotará pero se les avisó a los inversionistas y entonces mayor capital salió del país, ya que se sumaron los que supieron de la medida y los que ya habían pensado sacar su dinero de todas maneras.
Pues así está mi pronóstico que si bien no es del todo fatalista no creo alejarme mucho de la realidad. Así que mientras si los lectores se consideran en el medio de nuestro poder adquisitivo, pues no queda más que ir viendo dónde nos aceptan nuestros primos del extranjero, e ir poniendo nuestros ahorros en algún changarro lejos de nuestro terruño o diversificarnos de manera excesiva, esperando que uno de esos negocios prolifere.
Saludos a todos desde casa.