Feminicidio una radiografía a la 4T
- Julián Chávez Trueba
- 19 febrero, 2020
- Columnas
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Existe un problema que ha avanzado en la agenda nacional, desde ser un tema de una minoría, parte importante en el acontecer nacional, a un problema urgente social y hasta político: hablamos del feminicidio.
Sin duda siempre es gustoso que alguno de los muchos grupos en los que se puede dividir la sociedad, (coloqué dividir porque somos todos parte de la misma), levante la voz y se haga notar, ejerciendo presión al gobierno para que éste le dé solución al problema particular, sin embargo, la lucha ejercida por las supuestas feministas ha sobre pasado la idea original de su causa. (coloqué supuestas porque el feminismo se termina en el vandalismo)
Nunca, ni en gobiernos anteriores, ni en este gobierno (hago la distinción, aunque no lo considero tan diferente) ha sido aplaudido un grupo que causa caos y destrozos en la sociedad, la cual dicen proteger. Antes, estaban los grupos de AMLO en Reforma, acampando exigiendo atención, después los maestros que no aprobaban una reforma que nunca les puso en riesgo su trabajo, sino que puso en riesgo el dedazo sindical, ahora las supuestas feministas que hacen destrozos a su paso con la idea de exigir justicia. ¿Dónde ha estado la justicia en eso? ¿qué tiene que ver una manifestación con destrozos? Absolutamente nada.
Lo interesante aquí es notar como un grupo que ha participado en esas manifestaciones caóticas, han dejado crecer un movimiento, tanto en número como en interés. No me refiero precisamente a que no se contenga o se reprima, o que a las responsables de los destrozos se les sancione, (que no estaría mal), sino que lo que muchas veces pregonaron a la sociedad, como soluciones fáciles y sencillas ahora se vuelven realidades ineludibles. La 4T de AMLO, no puede revertir uno de los problemas más sensibles de México, la tasa tan alta de feminicidios en México.
Como antecedente, AMLO colocó sus expectativas de crecimiento en un 4% anual del PIB, situación que ha sido una estimación basada en datos que solo él sabe pero que todos los economistas estimaban en 0%, pero AMLO dijo que estaban mal; después se cumple el 0% del crecimiento del PIB y ahora AMLO dice que el PIB está mal calculado, y a pesar de que al discurso político lo alimenta con evasivas, ahora crea (por no decir duplica) un gabinete que su tarea es la sana economía.
En estas semanas, AMLO impulsa al Presidente de la SCJN a proponer una reforma al poder judicial en donde supuestamente se habla de una mejora en contra de la corrupción y del acoso dentro del poder judicial; todo mundo se preguntaba si esa era la reforma que se necesitaba en México y el lunes, AMLO advierte que va a buscar la mejora en la tramitología entre Poder Judicial y Ejecutivo para que entre la Fiscalía (antes Procuraduría) y el Juzgado, situación mucho más solvente, todo para que no existan entradas y salidas de delincuentes, o simplemente por falta de integración del reporte, no se les pueda detener.
Ahora todos los críticos y analistas nos preguntamos, si no van a revisar la corrupción del poder ejecutivo que opera las cárceles y permite fugas, o la Secretaría de Gobernación (que sigue siendo poder ejecutivo) que no realiza operativos eficientes y hasta deja en libertad al capo más importante de México. ¿A caso, ahí no hay corrupción? ¿El problema son los otros poderes, según AMLO? ¿O nos enfrentamos a un problema más grande? Que AMLO haga una solución que involucre otros datos, que sigan los crímenes pero que él diga que sus datos están bien y por tanto no haya crímenes (casi por decreto), pero mientras vaya rompiendo las estructuras que medio han servido o las cambie por otras que no servirán nada.
Así ya no sé si pedirle que lo solucione o mejor que lo deje así.