Tensión muscular y fatiga aumentan al manejar

Toluca, Méx.- La Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS), reportó que siete de cada diez accidentes viales ocurren por distracciones mentales, al respecto, Cesar Girón, experto en prevención de riesgos, refirió que los indicadores de desempeño al conducir involucran la tensión muscular, la cual, aumenta hasta el 50 por ciento y los niveles de fatiga se elevan un 80 por ciento, según datos provenientes del estudio sobre las distracciones mentales de los conductores realizado en 2017 por el Instituto Mindful Leading.
El mismo reporte, reveló que al manejar en estado de angustia produce un incremento de 29 por ciento en la frustración, reduciéndose la concentración casi en un 12 por ciento, a diferencia de cuando la persona está en calma, donde la atención sube un 4 por ciento.
Girón, destacó que las estadísticas para el país son alarmantes, ya que de acuerdo con el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el 75 por ciento de los mexicanos padece fatiga por estrés laboral, asimismo, según el análisis de Al Volante, este padecimiento puede derivar en una conducción ofensiva, donde las maniobras irresponsables aumentan 17 por ciento y el temor a sufrir un riesgo disminuye 28 por ciento, por lo tanto, hay mayor probabilidad de sufrir un accidente.
Recordó que la mala conducta afecta a otros conductores, por lo que en lugar de tener control de la situación, se agrava el problema, ya que a través de un estudio del Centro de Experimentación y Seguridad Vial México refiere que el 55 por ciento de los ciudadanos admite que la actitud de otro automovilista trastorna su comportamiento.
“Al manejar, debemos usar todos nuestros sentidos, la distracción emocional es un factor de riesgo muy grande. Cualquier situación que nos aqueje no puede ser resuelta desde nuestro automóvil y menos si nos encontramos circulando”, dijo.
Manifestó que al manejar la ansiedad es inevitable, lo mejor es buscar un lugar seguro donde detenerse unos minutos para respirar, meditar el problema o comunicarnos con quien pueda ayudar a aminorar lo que nos aqueja. Conservar la calma y, más tranquilos, retomar el camino a fin de evitar percances lamentables.