Si nuestras oficinas fueran realmente publicas…
- Julián Chávez Trueba
- 18 septiembre, 2019
- Columnas
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El día de hoy, además de saludarles, me permito traerles una reflexión que podría formar parte de estos cambios de 180 grados en la administración pública nacional y local.
Uno de los problemas que presentan algunas de las oficinas públicas gubernamentales es que en general, no tienen nada de públicas, es decir, no hay un espacio para ejercer nuestro derecho a la información que ahí manejan, no contamos con una ventana o puerta que nos ingrese a las entrañas de la burocracia, dejándola así, con un espacio obscuro en el que no podemos saber operación. Esto es parte del ejercicio de la transparencia, conocer con exactitud lo que ocurre en el origen de nuestra gobernabilidad.
En algunos países, en los cuales no ejercen la transparencia como derecho, (a diferencia de aquí), las oficinas gubernamentales tienen más de 10 años funcionando realmente públicas, en donde por extraño que parezca, existen rutas obligatorias para cada oficina de gobierno, para que todas las escuelas locales las visiten, como si se tratara de una atracción turística en donde cada burócrata es una variedad.
Esto, obviamente obliga a que las oficinas se mantengan ordenadas, limpias y presentables. En países como Japón, cualquier niños es libre de preguntar lo que hacen, y cada burócrata contesta con prudencia y serenidad su función. ¿Se imaginan esto en México?
Cada vez que vamos a las oficinas para solicitar algún servicio, nos enfrentamos con la barra o ventanilla de atención, que en algunos casos (esperando que no sea en todos) se encuentra administrada por una serie de personas que no saben nada y que prefiere comer antes que atender.
Si bien la burocracia va cambiando, porque el día de hoy en nuestra localidad hay personas que aman su trabajo y les gusta servir a la gente, aún quedan espacios en donde la gente no puede contar con un servicio de calidad, eficiente y eficaz.
Ojalá pudiéramos reflexionar en esta idea que aunque extrema, puede ser el detonante para continuar con la ruta de mejoras que tiene de a poco la atención gubernamental.
¿Se imaginan acudir a la oficina tributaria, o a finanzas o al lugar donde asignan plazas?