EL VALLE DEPORTIVO

Si eres de los que aman y siguen el futbol en toda su expresión, seguramente habrás tenido un fin de semana espectacular y vaya manera de vivirlo con tres distintas finales en dos continentes. 2 en América y una más en Europa. Sin duda resultó un banquete que cualquiera no querría haberse perdido, sin embargo, el que mayor atracción generó fue el del Tri que hoy comanda Gerardo Martino y para fortuna de él y de los nuestros, el resultado fue favorable y se consagró campeón de la Copa Oro. De las otras dos, la selección femenil de Estados Unidos demostró una vez más que su ascenso meteórico con las féminas ha impactado a tal grado que levantan una vez más el cetro que las erige como las mandonas. En tanto, en la Copa América, una edición hecha para los locales, el scrath do oro, se adjudicó el trofeo a pesar de los pesares. Resultado de estos eventos mundialistas: un alto contenido de emociones, decepciones, lágrimas y risas y mucho más, pero que, genera un calentamiento de lo que vendrá muy pronto para nuestro país con el siguiente torneo local que comenzará el próximo viernes 19.
Sin embargo, sigue siendo un tema revulsivo la condición que atraviesa el deporte en nuestro país y sus consecuentes cambios a cada minuto, porque los protagonistas adquieren un compromiso consigo mismos, con sus familias y con la sociedad y las “autoridades” argumentan, mediante “ajustes” y declaraciones infortunadas, modificaciones que, según se dice, son para elevar la calidad deportiva, pero la realidad es otra.
Demasiados dimes y diretes que saltan en cualquier momento, retrocesos que son más visibles que los dientes de león, procesos administrativos engorrosos y ambiguos, obstáculos para quienes deben ser los elegidos por sus procesos y entonces con la mano en la cintura y un as bajo la manga “deciden” designaciones así: por arte de magia! No olvidemos que se ha maniatado el entorno y -atención eh- esto no es un distractor socio-deportivo, es una auténtica marrullería que tiene fondo y forma, que pisa y lesiona intereses personales y de ciertos grupos que buscan afanosamente incrementar las arcas personales y no la de abatir el rezago de talentos, de infraestructura, de programas de atracción, de fomento de la Cultura Física, de la sana competencia, del estímulo y todo lo que se está abriendo al público en general. Infortunadamente nos ha llegado, a todos, un momento álgido en política deportiva, porque si bien es cierto que la calendarización de eventos tiene mucha antesala, también es cierto que se prevén ciertos ajustes pero no aquellos por lo que pasa hoy día. Que sí el dinero asignado no alcanza, que si las becas, que si los reconocimientos y estímulos, que si las contrataciones, que si las bajas, que si las instalaciones, que si el material, etcétera, todo ha sido una bola de nieve que sigue, lamentablemente, su curso y que tal parece no hay poder para detenerla. Aunado a eso, el constante debate de ciertos deportistas que han preferido ceñirse otra playera por los nulos apoyos recibidos y en cambio en otros lares con ofrecimientos que les alientan a seguir bregando en la especialidad. Acá el tema pasa por aquellos de viejas rencillas, rencores absurdos, venganzas disfrazadas, señalamientos públicos, y luego entonces toda esta mezcla la padecen e impacta en los deportistas y sus equipos.
Queda claro que para a emerger es necesario alejarse de esas mañas, de voltear a la base y asumir con responsabilidad el compromiso de inculcar en los niños y jóvenes la pasión que produce la sana practica de su deporte favorito, de aplicar todos los conocimientos metodológicos para seguimientos particulares y grupales para que se llegue a tener una estructura sólida de talentos, de consagrar a los entrenadores deportivos nacionales mediante la capacitación, actualización y estudios permanentes para elevar su desarrollo y no convertirnos en reclutadores de extranjeros, de limpiar con agua y jabón esas instalaciones que están en el abandono y recuperarlas con el apoyo de la comunidad en un acto de coparticipación al 50-50 para generar mayor impacto y alejar a quienes por desgracia están en situaciones sociales no deseadas, de aplicar un estilo de cambio mediante la educación y deporte, binomio que da, nos consta a todos, éxito cuando todos sumamos y no restamos.
Guiarse y/o inclinarse por una disciplina deportiva es botar de lado al resto, aparentemente inyectarle mayor presupuesto a una, dos o tres, está matando al resto, los deportistas y su gente, el sistema socio-deportivo necesitan urgentemente una cirugía a corazón abierto para desprender todo lo mal acumulado y darle una esperanza de larga vida que tus hijos y los míos necesitan para que vayan dejando un mejor panorama en materia deportiva en nuestro país. Creo firmemente en este sueño, creo que con grupos especializados en la materia podría darse este consabido cambio radical, aspiro a hacer una transmisión deportiva de alta calidad por el factor del deportista de elite, quiero volver a ver y sentir la piel chinita cuando se iza nuestra bandera y se entona el himno nacional cuando un mexicano sube el podio, como deseo que dejemos de apretarnos los dedos porque sea uno, pudiendo ser varios en una justa, la que sea! Seguro que lo veremos algún día…algún día…
Pásenla bien!!!