“…con el Jesús en la boca…”
- Pedro Eric Fuentes López
- 11 junio, 2019
- Columnas
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Con la vorágine desatada a todo lo que da con respecto a la situación del deporte en nuestro país, surge una infinidad de ideas; unas buenas y otras no tanto. La realidad ha superado a la ficción y es tema a todo nivel, desde los inicios de una buena planeación hasta la efervescencia de los recursos y el económico es el principal motor de una ola de críticas, contradicciones, sueños resquebrajados y situaciones por demás que pasan por lo ridículo. Esto no es obra de la casualidad y si en cambio, de un guion de terror que hasta el mismísimo master Rubén Cardona definiría como un pasaje que no conduce a ningún lado…
Apenas unas horas antes había leído esta frase que me atrapó: [“…el deporte mexicano se ha fracturado por la incertidumbre que sale de las oficinas de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte. El recorte presupuestal, la poca información tras la reducción de becas a los atletas de alto rendimiento y la confrontación en redes sociales, han terminado la unidad….”] y qué tal esta otra: [“…en septiembre del año pasado, durante la visita de Thomas Bach —cabeza del Comité Olímpico Internacional—, el presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró que no permitiría celos ni peleas en el deporte. “Tenemos que unirnos, elaborar de manera conjunta el plan para impulsar el deporte olímpico en México”, dijo…]
Celos? Peleas? Confrontaciones? Esto ya se salió de órbita, va más allá de cualquier idea que pudo haberse tenido por contar con un mejor panorama deportivo y que involucrara positivamente a todos, porque hoy en día los gritos y sombrerazos están a la orden del día y parece que llevará un buen rato. Es una verdadera lástima porque los síntomas han pegado a todo nivel y uno pensaría que solo ocurre con el alto rendimiento pero no, niguas! ocurre incluso en los municipios y en las entidades federativas como un efecto domino que trae consecuencias lamentables. Los dimes y diretes siguen en todos los medios, redes sociales y entre los mismos protagonistas; obviamente unos a favor y otros en contra, pero la realidad se llama que esto es un desastre por más que lo quieran disfrazar y maquillar.
Insisto, si a niveles de elevados pasa, les presento el caso de los seleccionados nacionales de patines sobre ruedas, quienes para poder asistir al evento Junior Olympcis Game de la especialidad en Honolulu, Hawái, del 4 al 15 de julio próximo, tienen que poner de su bolso para estar ahí además de sus traslados ida y vuelta. En el listado de seleccionados de las diferentes categorías hay varios mexiquenses, que también lo están pasando mal por toda la situación. No hay presupuesto que alcance y que se destine de manera real y concisa, directamente para que impacte de la mejor manera y sea un mecanismo constructor de las nuevas generaciones. Es increíble que se siga ejerciendo un cacicazgo en el deporte; es risorio como un sistema ejerza presión a costa de cacería de brujas y no abra los ojos a la realidad. Este rebase de ideología pone en riesgo un sistema deportivo que si bien es cierto estaba en vías de superación, parece que esto no sucederá en un rato y tendremos, todos, que remar contra la corriente. Esto no es de berrinches, claro que se entiende, acá nadie es ni erudito ni neófito, es apasionado por el deporte, por la Cultura Física y el desarrollo de las habilidades a través de las disciplinas y actividades físicas, que dicho sea de paso, me ha quedado claro que a uno que a otro “personaje” se le ha olvidado de donde salieron para estar donde están.
No cabe duda que la preparación, la capacitación, y el valor de los valores son ejes centrales para no claudicar en el intento de erradicar los malos vicios y subsanar las malditas herencias en las que se justifican una y otra vez las “autoridades” y aquellos que se sienten como Elliot Nees en los Intocables, basta ya de tanto absurdo entorno al deporte.
Bastante tenemos en el país con todo tipo de problemas como para que también con el deporte salgamos a la calle con elJesús en la boca…
Pásenla bien