SIN TON NI SON

Esta vez me referiré a dos palabras, una por mi gusto por el agua y la otra por mi sentimiento nacionalista.
MEANDRO. Cada una de las curvas que describe el curso de un río es conocida con el nombre de meandro. Últimamente, y haciendo alusión a lo anterior también se suele llamar así a las curvas de un camino. También en el campo de la arquitectura se ha llamado meandro a cierto tipo de adorno de líneas sinuosas y repetidas. El origen de esta palabra está en el nombre del río llamado por los griegos Maiandros, que pasó al latín como Meander y hoy es conocido como Büyük Menderes. Este río fluye, de este a oeste, a lo largo de casi cuatrocientos kilómetros en Anatolia, la península que se ubica más al occidente de Asia, que en la actualidad forma parte de Turquía. Sus aguas desembocan en el mar Egeo después de un curso formidablemente sinuoso. Durante la civilización griega tenemos varias alusiones a este río, en una de sus márgenes se encontraba la ciudad de Mileto, donde nació el filósofo y científico Tales. Esopo narra en una de sus fábulas que las zorras fueron a beber en las aguas del río Meandro: “Se reunieron un día las zorras a orillas del río Meandro con el fin de calmar su sed; pero el río estaba muy turbulento, y aunque se estimulaban unas a otras, ninguna se atrevía a ingresar al río de primera”. Es bueno recordar que la palabra meandro ha sido muy usada en la crítica literaria para designar el carácter sinuoso de la escritura del célebre narrador argentino, Jorge Luis Borges.
MÉXICO. Se dice que no se conoce con certeza el origen del nombre México, sin embargo, la hipótesis más aceptada explica que proviene de los vocablos de la lengua náhuatl metztli ‘luna’, xictli ‘ombligo’, ‘centro’ y -co (sufijo adverbial de lugar). Así, el nombre México significa, según esta hipótesis, ‘lugar en el centro de la luna’ o ‘lugar en el ombligo de la luna’. Muchos autores que se han dedicado al estudio de la cultura mexica, coinciden en afirmar que estos significados podrían traducirse como «centro del mundo». Otra hipótesis señala que el nombre del país está estrechamente relacionado con el dios Mexi, que era el nombre que los mexicas daban a su dios tutelar, Huitzilopochtli, de manera que, añadiendo a mexi el sufijo -co, se tiene, simplemente, “lugar donde vive Huitzilopochtli”. En la época de la conquista los españoles representaron con la x el sonido náhuatl equivalente al francés ch o al inglés sh, que más adelante, los nuevos españoles cambiaron por el que actualmente tiene la j, como en Ximena. Por tal razón, algunos autores españoles escriben el nombre del país con jota: Méjico, que es aceptado por la Real Academia Española. Sin embargo, la única grafía considerada correcta por nosotros los mexicanos y preferida por la gran mayoría de los hispanohablantes es México.
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