“Creo que de las cosas más grandes que estoy deseando es que lleguen cada vez más caras nuevas en el deporte. Hacer que los niños no tengan miedo del agua para sentirse cómodos en la piscina, o en una fosa de clavados” Michel Phelps

Desde hace muchos años he venido bregando con la condición de que el gran maestro y el padre tiempo, colocan a cada quien en su lugar, en el sitio indicado, a la hora señalada -tal como llegamos a este mundano- sin nada, incluso, cuando uno se va para siempre ni siquiera aparecen las lágrimas ni aquel primer grito como cuando entró oxígeno a nuestros pulmones y comenzaba toda una travesía, la marcada sentencia de labor en la faz de la tierra tiene fecha de caducidad, muchas veces asombra por el terrible impacto que causa en nuestro entorno y que arrasa como muchos sueños, las risas se apagan, los recuerdos pululan y el corazón resiente -en todo momento- la ausencia. Sin embargo, es de necios -como yo- no dejar que se borren los recuerdos, momentos, palabras, palmadas, gritos y sombrerazos, ni siquiera la imagen de la última vez que miraste a esa persona y personaje especial. Todos tenemos a alguien a quien ya no podemos abrazar, pero apretamos su esencia, incluso, para la eternidad.
“Prefiero que te recuerden como un ojete, pero buen maestro, que uno blando y barco, que no enseñó nada…” palabras sabias de mi padre Profr. Pedro Fuentes García, quien en vida y hace un titipuchal de años me lo dijo. La historia dictará se hice lo correcto o no, bien o mal, pero de una cosa no tengo duda y es que gateé, me levanté, caminé, troté, corrí, pero jamás dejé de aprender y seguir a pesar de lo mal que hubiera sido el momento, y con las palabras, enseñanzas del mejor de mis mentores. “Deja huella…deja historia…” también sentenció. Por ello, me di a la tarea -sí, hoy mismo- de investigar ¿Qué es hacer historia? y encontré que para algunos significa: ser notoria -una persona o una cosa- o alcanzar una gran importancia, especialmente por haber realizado algo significativo o relevante, tanto de forma privada como pública. Ejemplo: aquellos modestos equipos de fútbol hicieron historia en el mundial de ese año; o como aquellos grandes maestros que nos han dejado un legado en cualquier área de la vida como el deporte …https://www.lexico.com/es/definicion/hacer_historia
Vaya manera de apreciar, distinguir y devorar los conceptos vertidos que, aunados al gran recuerdo y vibra que tengo de mi padre, hoy se conjugó con un ejemplo de vida deportiva que se apagó por y para siempre. El domingo pasado falleció Jorge Rueda Amézquita, uno de los mejores maestros de clavados en México y quien, en vida le diera rienda suelta a su imaginación y compaginada con esa vehemente manera de entrelazar los datos académicos con los prácticos, detectaba con gran habilidad y facilidad a esos talentos que pulía como al metal hasta sacarle el brillo más intenso cual si fuera un diamante. Sus grandes enseñanzas, monitoreo, seguimiento, destreza, y aporte, fueron cualidades de un hombre que se comprometió con sus alumnos y los llevó a las grandes esferas del mundo deportivo específicamente de los saltos ornamentales. Parecía rudo, seco, hosco, a veces con el ceño fruncido, pero solo era la apariencia, porque cuando no daba clases o instrucciones, el bonachón hacía presencia y las carcajadas eran sonoras que retumbaban en toda la Unidad Cuauhtémoc, o en el COM, o en infinidad de lugares centroamericanos, panamericanos y ni que decir de Juegos Olímpicos. Se convirtió en el “otro” padre de algunos clavadistas, fue incluso un mejor amigo para ellos, confidente, guía, alta escucha y sólo aportaba sus comentarios cuando eran requeridos, también se transformó en tutor, amigo, cuate, compa, a veces ponía de su lana y no estiraba la mano pidiendo o exigiendo algo para él. Cuando fue condecorado con el Premio Nacional del Deporte, dijo que todo era producto de hacer bien el trabajo y tratar de dejar huella y que pasara a la historia. ¡Lo logró y consiguió a grandes y creces! El deporte en nuestro México ha creado y vinculado potenciales oportunidades de cambio social en diversas áreas. Rueda creó y fortaleció un modelo para reunir y convocar a más y mejores saltarines, porque vislumbraba un efectivo mecanismo para lograr el cambio deportivo que tanto se necesitaba -Y NECESITA URGENTEMENTE- así que esta visión y misión condujo al desarrollo de estrategias deportivas encaminadas a recuperar la credibilidad y buena imagen de los clavados en México ante la comunidad internacional y la consolidación la alcanzó con “sus” medallistas olímpicos.
Así pues, considero que, aunque hace mucha falta trabajo y respeto en los procesos y personas, y para que la historia del deporte se consolide de forma más exitosa autónoma, sin pseudo dirigentes que se cuelgan medallas y logros ajenos, es necesario que crezca el interés en los profesores, investigadores, alumnos, así como atletas y deportistas para que se de ese giro que nos permita tener más Maestros como mi padre y Jorge Rueda, y así contar con una forma distinta de entender y explicar el paso de grandes seres humanos en el deporte creando historia.
Pásenla bien!!!