¿Occidente el promotor de la libertad de expresión?

La retórica occidental ha impuesto el discurso de que Rusia es la única responsable en el conflicto que ha llevado a la intervención de este país en Ucrania, como sucede en múltiples conflictos para sacar una conclusión objetiva de los acontecimientos que generan conflicto necesariamente tendría que escucharse la opinión de ambas partes, ya que cada una de estas tienen su propia versión de lo sucedido.
Bajo este tenor, la visión “objetiva” del conflicto se ha perdido prácticamente desde principios de año cuando comenzaran los ejercicios militares rusos en la frontera con Ucrania, bajo este entendido los medios de comunicación han marcado una amplia tendencia a favor de los argumentos de la OTAN, Estados Unidos, la Unión Europea y la propia Ucrania, en ocasiones adoptando posturas inverosímiles y poco apegadas a los dictados del derecho internacional.
Sin embargo, se adopten posturas proucranianas o rusofóbicas, resulta fundamental que se conozcan las razones y los argumentos de ambas partes, ya que el sesgo de la información precisamente se da cuando se adoptan posturas totalitaristas en la difusión de la información, acciones igualmente reprobables que aquellas posturas que de entrada dicen criticar.
Siguiendo esta óptica, resulta fundamental advertir que desde el comienzo del conflicto, la avalancha de medios de información liderados por CNN, el Washington Post, el New York Times, NBC, por citar algunas del amplio espectro informativo del establishment norteamericano noticioso, así como de otras que se creían más objetivas como Deutsche Welle, la BBC de Londres, por mencionar algunas, se han volcado a apoyar precisamente ese discurso plena y totalmente en contra de Rusia e incluso de aquellos países que han mostrado su respaldo como China, Irán, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita, Bielorrusia, Venezuela, Cuba e India o contra ellos que han sido aún más moderados como México, Argentina o Brasil.
Asimismo, se resalta que dentro de esa lógica occidental en cuanto a la difusión de la información periodística, no ha faltado la mordaza en contra de los medios independientes, rusos, como RT News o Sputnik, en donde incluso su señal ha sido censurada en la red mundial internet, ya que al día de hoy no se pueden sintonizar al menos en México sus transmisiones a través del Youtube.
Por si no fuera poco, el cerco informativo en contra de los medios de difusión ruso por representar un “supuesto” mecanismo de difusión de propaganda de la nación más grande del mundo, ha sido por demás salvaje y no sólo han quedado al criterio de los emporios informativos, sino de los gobiernos que han fustigado para el cierre a otras expresiones culturales rusas, a tal grado que se ha amenazado a Rusia de no dejarlo participar en eventos deportivos internacionales o en eventos culturales, a tal grado que incluso múltiples compañías de ballet y orquestas del mundo han dejado de incluir en sus programas obras o conciertos de autores rusos.
Para muestra quisiera tocar el tema de la banda post punk y rock indie Motorama, a quienes prácticamente han vetado o cerrado sus conciertos en múltiples países de Europa, después de haber sacado su último material musical, única y exclusivamente por ser una agrupación rusa, es decir, el mundo está cayendo en el absurdo de censurar todo lo ruso en una actitud que abre paso al surgimiento de una xenofonia, discriminación, señalamiento, sojuzgamiento, mucho más atroz que aquel que dicen combatir los medios occidentales, pero que incluso en la práctica aquellos que critican abierta y enérgicamente a Rusia, no han hecho mucho para apoyar a Ucrania, si es que esa fuera su verdadera intención.
Finalmente, surge una última pregunta: ¿Cuándo cesará ese bloqueo a los medios rusos, a sus productos y constructos culturales?, la respuesta es sencilla, cuando Ucrania deje de ser relevante para los Estados Unidos y sus aliados, así como dejaron de ser relevantes Afganistán, Irak o Libia en los últimos años.
Twitter: @EdgarMaPe