Lo que me ha formado como persona es el deporte.

Lo que me ha formado como persona es el deporte. He aprendido a ganar y a celebrarlo con moderación, y también he aprendido la dureza de la derrota. Pep Guardiola

En muchas ocasiones la vida deportiva te presenta retos importantes que afrontar; otras tantas te sienta al lado de la imaginación y unas más te sitúa en el mismo espejo del fascinante desarrollo armónico que representa cualquier disciplina y lo mejor del tema es que los hay para todos los gustos y no distingue credo, raza o condiciones sociales ni otra. Es más, por medio del deporte -sigo insistiendo- se crea esa tan ansiada Cultura de paz que tanto necesitamos y buscamos afanosamente para beneficio de todos, aun cuando en ocasiones uno que otro desadaptado acumule emociones desenfrenadas que dan rienda suelta a equivocaciones como muestras de desaprobación, agresiones verbales, físicas, amenazas e incluso peores escenarios y es justamente lo que no que debe pasar en ningún lugar.
Cada uno de nosotros tenemos nuestra preferencia deportiva en una o varias disciplinas y sus condiciones, las comprendemos y les atizamos cuando a nuestra imaginación no corresponde determinada acción y/o sanción, nos alteramos y lloramos, así como nos desgañitamos y lanzamos hurras al unísono y la emoción es tal que, en ocasiones tanta euforia hasta ha llegado a crear caos. Pero así es la vida y el deporte. Lo que hoy es un segundo del vital oxígeno que muchos necesitamos y otros con urgencia, en el terreno de juego -sea cual sea éste- son de alarido, que un tris puede mandar a casa a uno y a otro a continuar su aventura en pos de la victoria.
El posicionamiento de esto nos ubica entonces en el argot deportivo con su inmenso mosaico de opciones donde resaltan todos cuando llegan a la ronda de finales, esos escenarios que cambian nuestros fines de semana y que conjugan un elocuente camino hacia la tristeza o la felicidad y es aquí cuando entra la razón para darle su real dimensión a la actividad deportiva porque desde que nos trasladamos y situamos como los protagonistas, pasando por los entrenadores y/o técnicos, hasta comentaristas, nos olvidamos un poco de la frialdad que tiene cada deporte.
Basta ver, sentir y emocionarse con rondas finales en cualquier parte del orbe con cualquier deporte, ¡sí! el que sea, porque eso es vida, es alegría y emotividad, es gusto por vivir y desplegar todas tus emociones durante un buen día y en cambio, si no se dan bien las cosas, el aprendizaje es la mayor de las enseñanzas para no cometer errores posteriores, Así es el deporte y su fascinación, esa que nos enseña a ganar y a perder, a respetarse y respetar, a convivir y generar, a producir y elevar, y un sinfín de ecuaciones deportivas que tan solo se traducen como liberación de energía y captación de vida.
La muestra más palpable ahora mismo, es la combinación que se nos presenta de la mejor manera posible: tenis de alto nivel en competencia con sus bemoles, pero al final triunfando la actividad física, las normas y reglamentos y por ende los resultados. El futbol nacional e internacional en una órbita donde todos se mecen los cabellos por sus equipos, contrataciones, derrotas, goles, entredichos alucinaciones y el amplio bagaje de declaraciones a diestra y siniestra, pero sin ton ni son. Es riquísimo reírse de pena ajena cuando salen comentarios ventilados y elevados sin la menor preparación y con un discurso tan conocido que ya hasta lo emitimos de memoria: “…seguiremos trabajando…estamos en camino…de a poco vamos tomando ritmo…la afición tiene todo su derecho…” etcétera.
Pero no puedo dejar de mencionar el maravilloso mundo de la NFL, que de eso vierte más mi buen amigo Enrique Rivera, empero que sensacional ronda vivimos este fin de semana, verlo desde casa a través de la pantalla es como si detuviera el tiempo, porque todo es rico, precioso, atractivo, con orden, con precisión, y dando el respectivo lugar y sitio de honor al derrotado. Pero supuesto la esencia es y será siempre ganar, pero véanlo así, neta, ¿en verdad todos los deportes y sus actores principales concluyen sus contiendas dándose un abrazo, una palmada y/o un apretón de manos???? Lo dudo, pero en esta cultura del buen perder y mejor ganar impera el reconocimiento a otro ser humano y compañero de profesión y que impacta socialmente y repercute en todos los ámbitos de la vida. Véanlo así y ténganlo en la mente y corazón: ¡el deporte es vida y vida solo hay una!
Pásenla bien!!!