“Si no podemos poner fin a nuestras diferencias, contribuyamos a que el mundo sea un lugar apto para ella(o)s” John F. Keneddy

Y así de pronto se presentaba más a menudo y común. El tema que era todo un “pecado” comenzaba a despertar el interés o morbo en mucha gente, se trasladaba a esferas inimaginables hasta cierto punto y por muchos se hacía como que no existía o que lo mejor era evadirlo y taparlo a toda costa o simplemente seguirlo escondiendo en el fondo del closet. ¿Qué osadía verdad? y para rematar en el deporte no pasaba inadvertido el furor que causaba, la detonación social era presagio de un posible destierro de habilidades y aptitudes por cierta disciplina, era prácticamente el despido de las actividades y engrosar las filas de los despidos masivos, hasta que uno dijo: ¡basta! y empuñando la gloria personal, la fe inquebrantable, los sueños de felicidad, lanzó un mensaje al mundo entero. Justin Fashanu, fue el primer futbolista masculino en anunciar su homosexualidad estando en activo en una liga de futbol, pero que, derivado de esta decisión y por la terrible discriminación que sufrió por ello en 1998 terminó con su vida, por lo que se declaró el 19 de febrero como Día Internacional contra la LGTBIfobia en el Deporte.
El tema para muchos aún hoy en día es escabroso y no debería serlo. El deporte es inclusivo y un eje vital de real transformación de valores, no sabe ni distingue de preferencias sexuales, ni se rige por cierta “condición” aunque la más voraz lucha es contra la aceptación, que me parece hoy en día todo un show. Estoy convencido de que cada segundo que pasa es un hilo de vida para algunos en su intentona de vivir como son y a su manera con todo lo que implique, por estas ideas es que el deporte revierte mayor importancia del caso. A la fecha han sido los propios atletas, deportistas, entrenadores, de diversas disciplinas que han hecho público su preferencia, situación que en varios de los casos han sido bien recibidos por los aficionados y hasta por los dueños de las instituciones, aunque cabe señalar que en mínimas cantidades también se han presentado expulsiones y despidos.
Sigo creyendo en el deporte por donde se le vea, creo fielmente en sus fundamentos de crear y generar conciencia y llevar mensajes de paz y respeto, de ayuda comunitaria y lo mejor transmitirlo de generación en generación. Hoy estamos en pleno Siglo XXI y seguro que tú como yo tenemos amigas y amigos con sus preferencias y las y los aceptamos, es más, vario(a)s practican y desarrollan un deporte al más alto nivel competitivo y hasta ejemplo de superación son porque imprimen ese extra que requiere el deporte y lo mejor del caso es que si ellos o ellas no lo dicen (que no tienen por qué hacerlo) no lo sabríamos al menos en un muy buen rato eh. Entonces queda respetar y aceptar, basta darle una lectura al objetivo de dar visibilidad a los deportistas LGTBI garantizando en todo momento la igualdad de trato por motivos de orientación sexual y de identidad o expresión de género, por lo que se requiere lograr disminuir la LGTBIfobia en el deporte.
Ante la proximidad de más eventos deportivos y poco a poco y ojalá así se presente el día a día para un retorno a la normalidad, tengamos presente que la esperanza enriquecedora de la cultura física y el deporte nos permite vivir con argumentos sólidos para el cuidado de nuestro cuerpo, mente y espíritu, por lo que no nos demos el chance siquiera de corromper esas primicias de trato igualitario entre todos quienes amamos el deporte desde el lugar en que estemos. Si también logramos esto, créeme que venceremos cualquier adversidad y la de esta fobia quedará en el olvido.
Pásenla bien!!!