En sus marcas, listos, ¡fuera!

“No hay plazo que no se cumpla, ni fecha que no se llegue”. Así es, el 2021 está aquí, año electoral ansiado por muchos y temido por otros. Los candidatos están listos y los ciudadanos estaremos expuestos se quiera o no, a un bombardeo mediático, por redes sociales y todos los canales de comunicación posibles.
Si alguien pensó que la pandemia sería un obstáculo, se equivocó, y bajo la consigna; “el fin justifica los medios”, los aspirantes a los diferentes cargos de elección popular y los partidos políticos que representan, no dudarán en lucrar con el tema de la pandemia y la vacunación. Los altruistas de temporada cada vez serán más, y solo espero que el electorado sea capaz de identificar esta vileza y lo tomen en cuenta a la hora de emitir el voto.
En este escenario los ciudadanos debemos estar preparados para todo, y cuando digo para todo es todo; precampañas, campañas, insultos, descalificaciones, video escándalos y lo que se acumule, al puro estilo de nuestros candidatos y simpatizantes de los diferentes partidos políticos, a quienes las fechas decembrinas seguramente les ayudaron a consultar con algo más que su almohada, la estrategia a utilizar que los lleve a conseguir el mayor número de votos posibles.
Las generalizaciones son indeseables, pero a juzgar por lo que deja ver gran parte de la clase política en el país, se puede observar que en política no hay amigos, hay intereses. La desesperación es tal, que están dispuestos a unirse con aquellos que dijeron repudiar en el pasado y de toda la vida por considerar que su “ideología”, “principios” y “valores” resultaban incompatibles. Lo anterior es irrelevante cuando el incentivo es el beneficio personal o el de unos cuantos.
Como ciudadanos es inevitable no experimentar un sentimiento de hartazgo y frustración al darse cuenta que lo último en lo que están pensando las y los candidatos, es en aquellos a quien aparentemente deben representar, quienes deciden salir a votar con la convicción de elegir quien los gobierne y no quien les robe. Es terrible tener que decidir de entre lo peor alguna opción, porque si bien no todos son iguales, se parecen bastante, pero el deber ciudadano nos llama a las urnas el próximo 6 de junio a emitir un voto que, de ser informado y razonado, seguramente los votos nulos y el abstencionismo saldrían ganando.
¿Será que realmente tenemos el país que merecemos? o los intereses de quienes llegan al poder nos han rebasado. En realidad, existe una coalición que “va por México”, o es un intento desesperado del PRI, PAN y PRD o lo que queda de los mismos por no desaparecer. Estamos frente al fin de la congruencia, una verdadera crisis de nuestros partidos políticos donde se trata de sumar todo lo que se pueda a sabiendas de que ello implica la pérdida de la poca credibilidad que les queda.
Con las opciones existentes los votantes no la tenemos fácil, y aunque en las democracias se espera contar con una diversidad de opciones y una pluralidad de expresiones políticas, lo que se ve, es más de lo mismo o peor, pero en función de lo que tenemos habrá que elegir entre volver al pasado o avalar el presente, estar con Morena o contra Morena, y quienes piensen que regresar a lo que teníamos en los últimos sexenios es la opción, será la prueba fehaciente de lo mal que estamos.
No habrá futuro posible recurriendo al pasado, se trata de unir fuerzas y no debilidades. No serán los políticos reciclados de ayer los que construyan el mañana, y con esta miserable oposición que intentan conformar, no se pueden tener muchas esperanzas, pero esto ya comenzó y que no se diga más, en sus marcas, listos y que gane el que tenga la mejor maquinaria electoral.