ENLE Y LAS CIFRAS CRUDAS DE LA NACIÓN EN TIEMPOS ASESINOS DEL COVID

Ya basta de noticias negativas, la apatía de nuestros politicuchos cobardes y que les ha dado el síndrome de la Avestruz que esconden la cabeza y el rabo les queda expuesto, ya basta de hablar de cómo se las gastan nuestros senadores en alardear desde sus curules y las fracciones parlamentarias que ellos representan, todo eso ya lo devastamos en nuestro espacio y bueno, mejor hablemos de estadísticas que por un lado no son para nada sanas, pero si una realidad que vale la pena cambiar y que tenemos los ciudadanos sin depender de nuestros representantes populares de que hagan algo como lo es la Lectura y la Escritura con cifra reales de nuestra nación Y más en este terrorífico año del Covid, que la sociedad no tiene pretexto y si mucho tiempo para leer, pero la cultura del ignorante e inculto, prevalece.
Pues cabe hoy hacer comentarios de los análisis estadísticos desarrollados por una dependencia del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, mejor conocido como CONACULTA, en la llamada Encuesta Nacional de Lectura y Escritura que se hace llamar ENLE para este año en la que se dan a conocer las cifras de cómo nos encontramos los mexicanos en los pocos que leen y en lo que hacen de esta práctica y en lo que escriben; se han hecho varios estudios a través de los años como lo es ya el término de éste nefasto año a la Encuesta Nacional de Lectura, el llamado Libro en Cifras, la Encuesta Latinoamericana de Hábitos y Prácticas Culturales, desarrollada por el INEGI llamado Módulo de Lectura y la Encuesta Nacional sobre Consumo de Medios Digitales y Lectura, todas antecediendo a la que ahora se nos da a conocer y que es el termómetro fundamental de la situación que en este momento prevalece en los connacionales de todas las latitudes y meridianos que comprenden a nuestra nación.
El estudio que se desarrolló por el líneas antes citadas llamada ENLE 2020 dan a conocer interesantes estadísticas como lo es la primer pregunta que analizamos sobre el conocer los hábitos de lectura y escritura en México a través de haber dividido a la república mexicana en seis regiones, con encuestas de ciudadanos de más de doce años de edad, se consultó a 5 mil 845 mexicanos sobre lo que leen los pocos que leen, y el 57.3 por ciento libros, el 55 por ciento periódicos, 44.9 por ciento las Redes Sociales, 38 por ciento Revistas, el 25.2 Sitios Web, el 16.6 por ciento Cómics e Historietas y el 13.4 Blogs.
Aquellos que gracias a dios tiene la costumbre de leer pasaron a la siguiente pregunta en la que se afirmó que el ochenta y seis punto seis por ciento lee ediciones impresas, el tres punto tres por ciento solo electrónico y el diez punto uno por ciento ambos tipos de documentos, los que leen impresos se leen el 96 por ciento en revistas y periódicos, de virtuales el cincuenta y cuatro por ciento lee en redes sociales y el 36 por ciento solo en webs y blogs, o sea aún le ganan las hojas a los chips, aunque reconozco que es bastan te cómodo el electrónico, pero los conocedores dicen que no hay como leer en algo que pese, que se pasen las hojas y que en cada una de ellas se huela la tinta, pero en gran parte debe de ser porque dicha tecnología informática no se encuentra al alcance de un gran porcentaje de la población.
Sobre aquellos que aún leen a la antigüita, o sea con libros de papel e impresos el cincuenta y nueve y un por ciento los compra, el cuarenta y seis puntos dos en impresos, el 40.6 en prestados y el 15.9 por ciento de las bibliotecas.
Los que llegan a comprar libros lo hacen en librerías el 69.8 por ciento, en ferias de libros el 18.6, en centros comerciales el 17 por ciento, el 16.9 con ambulantes, en donde muchos casos son libros piratas, pero al final de cuentas ellos dicen que es literatura y que sale más barata, y en mercados y tianguis fundamentalmente de libros usados y bastante antiguos en donde se pueden encontrar joyas increíbles en estantes olvidados por el mundo el 9.8 por ciento.
Se dice con el número de encuestados que los que los animaron a leer se encuentra que es un sesenta punto cinco por ciento a sus maestros y solamente un 43.8 a los padres, lo que nos debe de dar vergüenza a los que tenemos hijos por no fomentar más que los educandos el amor a los libros y dejarles dicha responsabilidad cuando debe de ser de nosotros.
Igualmente de nuestra encuesta se afirma que el 44.3 por ciento lee por entretenimiento, el 30.5 por ciento por estudio, el 11.8 solo para informarse de ciertos datos, el 11.2 por el trabajo y el 10.9 lee solo para leérle a sus hijos menores de edad.
Ahora vamos a pasar a las cifras crudas y reales de nuestra encuesta ilustre lector en donde se reflejan datos crudos como que el 79.9 por ciento no lee por falta de tiempo, el 21.5 por ciento por flojera, el 14.6 porque no le gusta, el 12.3 por haber otras actividades como ver televisión y videos musicales y el 11.5 por cansancio, pero nada de eso debe de ser una excusa, cuando se quieren hacer las coas las logramos hacer, pero para eso necesitamos un espíritu mucho más grande de lo que vemos de lo que somos materia.
La encuesta final que cito en este nuestro espacio es la que doy a conocer con respecto a los libros que se leen por habitante en nuestra nación y alcanzan la dolorosa cifra de solamente 1.3 libros por habitante, claro en promedio, si la aritmética no me falla, aquel que lea trece libros ha leído lo que diez personas, y claro que hay mexicanos que leen más que esa cifra, pero son solo puñado de connacionales, es una vergüenza compararnos con demás países como por ejemplo el número uno en lectura que es Finlandia, lee 47 libros por habitante, o sea casi uno a la semana, si sabemos que el calendario gregoriano costa de 52 semanas, y esa cifra es por habitante, de la edad que sea, le sigue España con 10.3 libros anuales, Portugal con 8.5, Chile con 5.4 libros cada 365 días, Argentina con 4.6. y Brasil con 4 al año, cifras por mucho exponenciales con respecto a nuestro territorio de más de dos millones de kilómetros cuadrados y más de ciento quince millones de habitantes, pero creo que al final de cuentas podemos hacer algo para cambiar esas cifras y no necesitamos de ningún tipo de gobernante, más que ante todo el gobernarnos a nosotros mismos y gobernar nuestro más nuclear que es el de nuestras familias y así lograremos indudablemente hacer la diferencia; HASTA AQUÍ MIS LINEAS…
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