FGJEM, cotos de poder • La guerra mexicana contra el crimen

FGJEM, cotos de poder. – ¡No! ¿Cómo crees? –Exclama el hacedor de las opiniones profanas-. Ni idea de cuántos procuradores o fiscales ha tenido el edomex pero ninguno hizo lo correcto ¡ojo! si lo que le pedían. Convirtieron la investigación del delito y a sus agentes en el brazo ejecutor de la ley de un Estado represor de enemigos y no en ese organismo encargado de velar por la justicia social. La Fiscalía pasó de ser el superhéroe, a convertirse en el gran villano. Hoy no necesita de un cambio, requiere de una transformación.
Después de que renunció Alejandro Gómez Sánchez, tras un pésimo trabajo, se registraron 43 candidatos a ocupar el cargo, entre ellos 9 mujeres. Una de ellas, de trayectoria impecable –lo cree así el amanuense-, es Yazmín Nájera Moreno, quien opina: “estamos en un momento trascendental en la historia de la Fiscalía. Por primera vez puede llamarse autónomo, sin filias ni fobias, sin compadres ni carnales, sin vicios ocultos”. La legislatura está, si, ante la gran oportunidad histórica de revivir a una institución decadente y oscura. Yazmín Nájera deseaba implementar un servicio profesional de carrera; a fortalecer la mediación y la conciliación para no judicializar todo el sistema penal acusatorio que impacta al ministerio público, y para humanizar con incentivos, tiempo y salario, a sus servidores públicos.
Deberían retomar algo de esto los ungidos por el gobernador y los legisladores, incluso el alfil de su ajedrez, que seguramente no será una mujer y que le caería o le hubiera caído bien a una Fiscalía que, históricamente, ha tenido resultados muy pobres y que no ha representado a los mexiquenses porque, policías o agentes ministeriales, muchos de ellos, terminaron vinculándose con criminales, “ligeritos” o “pesados”, el “billete les cayó bien”. Recordará usted a Alberto Pliego Fuentes y sus policías ministeriales, quienes brindaban protección al histórico secuestrador Daniel Arizmendi, “el mochaorejas”, sólo por citar uno de cientos de casos…

Colofón. – La guerra que pierde México contra el crimen
Mire Usted, refiere el periodista mientras degusta de un guisado de camarones gigantes al ajillo y un vaso de cerveza criolla de barril ¿vio la ejecución de esas 17 personas en San José de Gracia, Michoacán? Que terrible ¿no le parece? ¿Y sabe qué es igualmente aterrador? Que al llegar la policía ¡no había cuerpos! los sicarios se los llevaron y “limpiaron” el lugar. La policía ¡tardó 4 horas en llegar! ¡4 horas! Y es que, ese es el problema de los mexicanos: tener una policía preventiva que no previene nada y que le resulta más cómodo llegar tarde, para que sean las fiscalías quienes se encarguen de perseguir a estas bandas, a sabiendas, óigalo bien, de que éstas no tienen personal para atender las miles de denuncias y carpetas de investigación iniciadas por hechos delictivos.
Y es que, la inseguridad en México, en sus municipios y comunidades, está incontrolable, y lo está por 3 razones básicas: primero, porque los elementos ganan una miseria y por tan poquito no se “jugarán el pellejo”; segundo, por la falta de incentivos, capacitación y armamento; y tercero, porque es mejor recibir “una lana” de criminales, que balazos de hampones que se pasean armados “hasta los dientes”.
De acuerdo con la Comisión Mexicana de Defensa de los Derechos Humanos, en 2020, las bandas criminales desplazaron a 10 mil ciudadanos, y para el 2021 a ¡45 mil! y dicho desplazamiento, no necesariamente ocurrió por enfrentamientos entre carteles por territorios, decirlo así, es “lavarse las manos” ante una ola delictiva que invade a todo el país, aunque el señor de palacio, tenga otros datos. Hasta otro Sótano. Mi twiter @raulmandujano