El nuevo mundo
- Julián Chávez Trueba
- 19 agosto, 2020
- Columnas
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Después de que Thanos hiciera el chasquido para matar aleatoriamente al casi 10% de la población mundial, pareciera que la realidad del COVID alcanzó nuestra fantasía y ahora vivimos en un mundo post apocalíptico con hábitos distintos y comportamientos que en poco se parecen a los anteriores.
Me gusta pensar que se han acabado todas esas personas con comportamientos puercos, como aquellos que escupían en el piso o los que no se tapaban la boca para estornudar, sin duda es un logro y un suceso ejemplar que ese pedacito se nos concediera, a pesar de que duele que ahora saludaremos y abrazaremos a quien realmente nos inspire confianza al grado de poner en riesgo nuestra integridad por un contacto con ese ser humano.
A lo largo de existencia humana, las desgracias nos han llevado a evitar el contacto con el mundo que nos rodea; hemos pasado de odiar a las ratas por las enfermedades que nos transmitieron en la edad media, a evitar el cólera colocando desperdicios en su lugar y lavándonos las manos. El SIDA eliminó esa época de libertinaje de los sesentas y setentas, para indicarnos que el exceso en el sexo no es el mejor camino para disfrutar de nuestra vida.
Es decir, que poco a poco y de tanto en tanto los humanos nos acercamos al límite posible de nuestra existencia, pero nos hemos aferrado tanto que parece que nuestra invencibilidad no tiene límites.
Se cierran las veredas y sólo se nos abre un camino, el de la conciencia total. Todos los ámbitos de la conciencia son los afines, la conciencia social, la humana, la conciencia ecológica, la moral, todas se nos agrupan en una idea de identidad, el ser humano ha perdido esencia, porque las cosas que nos hacen humanos no las podemos ver, porque se tratan de los valores, claro, los valores humanos, eso sí nos hace humanos, no los coches o casas, o los músculos o las operaciones o los tonos de piel o las preferencias; es decir que tenemos frente a nosotros una enseñanza de ejercer nuestra humanidad con responsabilidad, entendiendo las consecuencias de nuestros actos para con todo lo que nos rodea.
La curva se va aplanando y de apoco vamos saliendo. Mucha gente tiene más de 3 semanas saliendo a trabajar porque lo necesita o porque no lo dejan quedarse en casa, pero con la constante de tener hábitos más higiénicos, más saludables.
Viene la influenza estacional para finales del otoño y seguramente será la primera navidad en la que no podremos estar juntos con todos los que amamos, porque de alguna forma, sea por un laboratorio que dejó salir tal virus, sea por la poca higiene al conservar y comer murciélago o sea porque hay una conspiración que nos controla nuestra densidad poblacional, las razones convergen en que hemos perdido nuestra identidad como humanos o que tal vez estamos evolucionando en otra cosa diferente.
Muchas gracias por sus felicitaciones y muestras de cariño, saludos a todos.