El Servicio de Conservación de los Recursos Naturales de los Estados Unidos

Agua y suelo siempre están ligados y precisamente en mi experiencia enfocada a la conservación de los recursos naturales, reconozco en el Natural Resources Conservation Service (NRCS) de los Estados Unidos a una institución emblemática y pionera en la protección del suelo, el agua y otros recursos naturales en tierras agrícolas. Su historia, misión y servicios han dejado una huella profunda no solo en la política ambiental estadounidense, sino también como modelo para muchas naciones.

El NRCS tuvo sus orígenes en el contexto de una de las crisis ecológicas más severas de la historia de los Estados Unidos: el Dust Bowl de la década de 1930. Esta catástrofe, producto de malas prácticas agrícolas y una prolongada sequía, provocó la erosión masiva de los suelos del Medio Oeste, afectando millones de hectáreas de tierras cultivables. Como respuesta, en 1935 el Congreso de los EE.UU. creó el Soil Conservation Service (SCS) dentro del Departamento de Agricultura (USDA), bajo la dirección de Hugh Hammond Bennett, considerado el padre de la conservación de suelos en Estados Unidos. Su enfoque fue revolucionario: promover el manejo técnico y responsable del suelo mediante prácticas científicamente fundamentadas.

Con el tiempo, el alcance del SCS se amplió más allá del suelo, y en 1994 fue rebautizado como Natural Resources Conservation Service (NRCS), para reflejar su compromiso integral con la conservación del suelo, el agua, el aire, la fauna y los recursos vegetales. Esta evolución respondió al reconocimiento de que los recursos naturales deben gestionarse de forma interrelacionada, y que el bienestar del ecosistema agrícola depende del equilibrio de todos sus componentes.

Entre los servicios más destacados del NRCS se encuentran el diseño e implementación de prácticas de conservación en fincas y cuencas, la asistencia técnica directa a agricultores y ganaderos, el desarrollo de planes de manejo del suelo y del agua, la restauración de humedales y la conservación de hábitats para fauna silvestre. Además, el NRCS mantiene una red de oficinas locales en todo el país, lo que le permite trabajar estrechamente con productores en sus propias comunidades. Proporciona también acceso a información científica y cartografía detallada a través del Web Soil Survey y otros sistemas de datos geoespaciales.

La trascendencia del NRCS radica en su enfoque preventivo y participativo. No impone regulaciones, sino que promueve prácticas voluntarias apoyadas en incentivos financieros y acompañamiento técnico. Este modelo ha sido fundamental para lograr la aceptación de medidas conservacionistas entre los productores, quienes valoran la mejora en la productividad y resiliencia de sus tierras.

En síntesis, el NRCS representa un caso exitoso de política pública ambiental basada en la ciencia, la colaboración con los usuarios del suelo y el respeto al entorno natural. Su legado trasciende las fronteras estadounidenses, sirviendo de inspiración para iniciativas de conservación de suelos y aguas en todo el mundo. Para quienes trabajamos en el campo de la conservación, el NRCS es un referente indispensable en la búsqueda de un desarrollo agrícola verdaderamente sostenible.

PIENSA GLOBALMENTE, ACTÚA LOCALMENTE

Lamentablemente en México se ha fracasado en contar con instituciones del alcance del NRCS. En sus tiempos la SAG y posteriormente la SARH tuvieron áreas dedicadas a la conservación de suelos y manejo de cuencas. Hoy en día la SADER cuenta con algunos programas pero con poco alcance. Sin duda es un área de oportunidad para nuestras administraciones. Recuerden #SalvemosOjuelos.

Reciban un abrazo de su amigo, Luis Eduardo Mejía Pedrero. Comentarios al correo [email protected] Instagram @mejiapedrero Twitter @cuencalerma o por Facebook.