RAYAS ROJIBLANCAS

El pasado sábado para unos era la noche del cine español, pero para otros era la noche del derbi. Los Goya se entregaban en Granada, por la alfombra roja pasaron muchos personajes de la crónica social española. Algunos saldrían de allí con premio y otro con la satisfacción de haber acaparado algún foco de una cámara. Sabían que en la ciudad andaluza eran los protagonistas, pero ese protagonismo también pasaba por Madrid porque todos los ojos estaban puestos en Concha Espina. No hay nada que pueda eclipsar un derbi entre los merengues y los colchoneros. La semana fue caldeando el ambiente porque había tres puntos en juego y algo más. Precisamente ese “algo” tiene un valor inexplicable. 

Si el Goya a la mejor película fue compartido, el partido también acabó en tablas. Un empate que sabe a poco. Al menos Julián Álvarez, “la araña”, picó a un Courtois en un penalti que no pudo parar. La ‘simpatía’ que tenemos los rojiblancos por el guardameta vikingo es de sobra conocida y no hay que remontarse mucho tiempo atrás para saber las maneras que éste se trae. El tiempo tenía que hacer justicia y ojalá ese picotazo le dé una reacción en la que su ego se ponga rojiblanco. 

Precisamente, y como bien dijo Simeone, los rojiblancos llegaron en autobús al Bernabéu. Una respuesta que se viralizó, pero demuestra el agotamiento que hay ante las cuestiones de siempre. El Atlético de Madrid y su afición siempre quieren ganar al eterno rival. En el terreno de juego pueden estar más o menos acertados, pero si sumar puntos es importante, hacer palpitar a toda una afición con esa victoria lo es aún más. 

Ahora bien, el derbi liguero ya ha pasado. Toca pensar en el “partido a partido”, pero es cierto que si la diosa Fortuna lo quiere los merengues y los rojiblancos se pueden volver a ver las caras en la Copa y en la Champions. Los colchoneros estamos preparados para ello, aunque necesitemos revisar y poner a punto el corazón porque éste unido a nuestro coraje nos da momentos de sufrimiento, pero también grandes alegrías. Lo que nunca falla es la ilusión. De momento, seguimos soñando y esperamos un dulce despertar. 

Ser del Atleti es nunca dejar de creer y eso lo llevamos en la sangre. De Concha Espina regresamos con un punto y en autobús, por si queda alguna duda a estas alturas. Seguimos luchando por lo que queremos y es ver al Atleti campeón. Esa pasión nunca falta. Y esta semana en la que nos rodean los corazones y muchos están pensando en San Valentín; otros visualizamos a Neptuno y cantamos como lo hace el Frente: “Muchachos, Hoy viajamos juntos otra vez. Enamorado del Atleti, No lo puedes entender.” Dijo Alejandro Dumas: “La vida es fascinante: sólo hay que mirarla a través de las gafas correctas” y con los colores apropiados, me atrevo a añadir. Ya se sabe lo bien que sientan la rayas rojiblancas en todos los aspectos, pese a quien le pese…