EMERGENCIAS Y URGENCIAS 17
- Daniel Valdez García
- 22 enero, 2025
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22 de enero de 2025
Sacerdote Daniel Valdez García
Queridos hermanos y hermanas,
Decidí abordar el tema de Emergencias y Urgencias para facilitar nuestra conexión con los pasajes bíblicos del evangelio según San Lucas, cuya lectura comenzamos el próximo domingo en este ciclo litúrgico “C”. San Lucas, médico (Col 4, 14) y compañero de San Pablo, es también autor del libro de los Hechos de los Apóstoles, combinando su mirada médica con la espiritual.
Veamos el pasaje del Evangelio según San Marcos 3, 1-6: En aquel tiempo, Jesús entró en una sinagoga donde había un hombre con una mano tullida. Los fariseos lo observaban, esperando encontrar motivo para acusarlo si curaba en sábado. Jesús desafió las convenciones diciendo al hombre: “Levántate y ponte en medio”. Luego cuestionó a los fariseos: “¿Está permitido hacer el bien o el mal en sábado? ¿Salvar una vida o dejarla perecer?” Ante su silencio, Jesús, indignado y apenado por su incomprensión, sanó al hombre. Este acto de Jesús subraya una verdad inquebrantable: la dignidad y la vida humana son sagradas, incluso sobre las reglas del sábado.
Este pasaje refleja claramente cómo Jesús centra el valor de la dignidad y la persona, enfrentándose a la rigidez de sus adversarios que planean condenarlo. Jesús nos enseña que la práctica del “reposo sabático” debe someterse a la compasión y respeto por la vida humana. La salud y los enfermos son esenciales en la proclamación del Reino de Dios presente en Jesucristo.
Hoy más que nunca, este mensaje debe resonar en nuestras acciones en el ámbito de la salud. La dignidad de cada paciente exige nuestro máximo respeto y dedicación. Cuando dos personas llegan a Emergencias, una gravemente herida, era el ladrón; y la otra con una afección menor era quien estuvo a punto de ser asaltado; se debe priorizar aquella vida que está en mayor peligro. Como profesionales de la salud, la obligación es valorar la vida sin juicio, enfocándose en curar y ofrecer un trato humano hasta el final. Primero está el acto biomédico y luego el bioético en la más auténtica “praxis médica”.
Recordemos el caso del adolescente en Querétaro, víctima de una bala perdida. No brindarle atención porque “iba a morir” es una traición a la ética humana y médica. Cada vida merece ser atendida con compasión, independientemente del resultado. Debe recibir auxilio, incluso si no sobrevive. No atenderlo correctamente no es humano ni una acción médica correcta. No importa que muera en la ambulancia, se le atiende sin dudas.
Es importante también advertir que, en ocasiones, en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) se brinda un soporte al paciente que puede considerarse ensañamiento terapéutico. Esto sucede cuando el personal médico o de enfermería, para evitar que el paciente fallezca bajo su cuidado, continúa con tratamientos que no mejoran su calidad de vida ni modifican el pronóstico.
En este espíritu de compasión y justicia, afirmamos que cada vida es invaluable. No podemos ni debemos dejar de actuar con humanidad y respeto.
Amén, amén, Santísima Trinidad.