EMERGENCIAS Y URGENCIAS 1
- Daniel Valdez García
- 6 enero, 2025
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6 de enero de 2025
Sacerdote Daniel Valdez García
Queridos hermanos y hermanas,
Ayer, por ser domingo, hemos celebrado litúrgicamente la Epifania del Señor, popularmente llamado día de Santos Reyes.
A partir de hoy y hasta el martes, antes del miércoles de ceniza estaré compartiendo reflexiones que he llamado EMERGENCIAS Y URGENCIAS. Esta es la primera, serán precisas y concisas. Persisto, insisto y no desisto.
Jesús se centró en abordar tanto emergencias espirituales como urgencias humanas, gestionando el bienestar físico y espiritual de manera integral. El objetivo es conectar narraciones bíblicas con conceptos clínicos a través de analogías. Profundizaremos en cómo Jesús aborde la salud, reflejo de su misión mesiánica, encontrando paralelos entre situaciones clínicas y evangélicas.
Para empezar, aclaremos los conceptos clínicos de emergencia y urgencia. Una emergencia médica, como un infarto o trauma severo, pone en peligro la vida. Una urgencia, como una infección no controlada o una fractura, no amenaza inmediatamente la vida, pero puede ser riesgosa si se ignora.
Aplicando esto a Jesús, una emergencia podría ser un alma perdida, mientras que una urgencia sería una enfermedad física que necesita atención.
Consideremos el pasaje evangélico de Mateo 4, 12-17. 23-25. Jesús, al saber del arresto de Juan, se trasladó a Cafarnaúm, cumpliendo así las palabras del profeta Isaías: “El pueblo que caminaba en tinieblas vio una gran luz”. Desde entonces, predicó la conversión y la cercanía del Reino de los cielos, enseñando en sinagogas y curando a la gente de toda enfermedad y dolencia.
Su fama se extendió por Siria, y esas multitudes venidas de Galilea, Decápolis, Jerusalén, Judea y Transjordania traían a los afligidos por diversas dolencias, a los poseídos, epilépticos y paralíticos, y Jesús los sanaba. Observamos cómo enfrentó emergencias y urgencias tanto físicas como espirituales.
En cuanto a la epilepsia, las personas pueden experimentar físicamente desvanecimientos y caídas repentinas, simbolizando también urgencias espirituales que Jesús también atiende, ofreciendo solución inmediata y duradera en ambas áreas.
En resumen, las emergencias requieren acción por riesgo vital; las urgencias, atención para prevenir un deterioro serio.
Amén, amén, Santísima Trinidad.