Totalitarismo, peligro inminente
- Julián Chávez Trueba
- 16 octubre, 2019
- Columnas
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Es de todos conocido que el Estado de Derecho es la capacidad del Gobierno de auto administrarse de manera eficiente y eficaz. En este sentido la gobernanza es esa capacidad de mandar y hacerse mandar por parte de la autoridad. Ahora bien, la característica principal del Gobierno es la forma en que concibe la coercibilidad, incluidas tres ideas: la capacidad de hacer leyes, la capacidad de imponer sanción a quien las incumpla y la capacidad de regenerar el tejido social, es decir, la forma de juzgar y condenar.
Como lo hemos mencionado, es interesante observar la forma de gobierno que ejerce AMLO, que mediante asuntos casuísticos se va convirtiendo en el “monstruo” que alguna vez juró vencer. El PRI es el ejemplo de Estado Totalitario, con un partido hegemónico en el poder, sin soltarlo, creando y destruyendo instituciones prácticamente a placer. Que durante los últimos periodos, digamos Zedillo y Peña, el PRI se enfrentó a un escenario más parejo, con más crítica, con mayor pluralidad y por tanto, con cierta fuerza de magnitud importante, siempre en contra, es decir la oposición.
AMLO criticó desde siempre las maneras totalitarias que presentó el PRI (o antiguo PRI), donde un partido en el parlamento, colocaba el escenario para colocar a un presidente y por tanto, colocar a los ministros. Pues resulta que esta historia se repite con el que vendió la idea de ser diferente, de mejorar las cosas y de cambiarlas para bien de todos, principalmente de los pobres.
Ha decidido de manera unilateral asuntos administrativos como la cancelación del aeropuerto y la construcción de otro que le conviene más, otorgó la creación de los mismos a la SEDENA, impidiendo el gasto público; la construcción del famosos Tren Maya se concesionó de manera directa a una empresa de su amigo Riobóo; en materia judicial coloca jueces a modo en asuntos como el caso de Rosario Robles, presiona a Medina Mora para salid de la Suprema Corte (bien o mal, aún no lo sé), desaparece la policía federal y la transforma en un grupo paramilitar llamado Guardia Nacional que aún no tiene la fórmula de sus acciones en favor de la sociedad; en materia legislativa cuenta con la mayoría (absoluta con sus coaliciones) para hacer y deshacer entre los diputados y senadores, con leyes que resultan ser peligrosamente dirigidas, pensando en el sistema de procuración de justicia que aún no ha fortalecido en lo absoluto, en donde es delito grave (amerita prisión preventiva) el de delincuencia organizada, el fraude al fisco es considerado delincuencia organizada y los delitos de corrupción también.
La duda es: ¿estamos observando un Estado de Derecho que se debilita aún más? ó ¿estamos frente a un Estado Totalitario? ó ¿estamos viviendo la transformación de un Estado de Derecho en beneficio de otra parte de la sociedad?
Referencia:
Revista de Antropología, Print version ISSN 0034-7701, Revista Antropológica vol.44 no.2 São Paulo 2001