SIN TON NI SON
- Francisco Javier Escamilla
- 5 junio, 2024
- Columnas
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Acabo de terminar la lectura de una novela apocalíptica de Ken Follett, Publicada en 2021. La novela se llama “Nunca” y en ella contemplamos una posibilidad que late sobre nuestras cabezas, aunque no queramos reconocerlo.
En este libro encontramos un drama político que se adentra en los rincones más oscuros y complejos de la geopolítica mundial, nos sumerge en una trama que, aunque ficticia, resuena con inquietante verosimilitud en el contexto actual.
Ambientada en un futuro cercano, “Nunca” explora las tensiones entre las grandes potencias mundiales, específicamente entre Estados Unidos, China y Corea del Norte. Follett, conocido por su meticulosa investigación y habilidad para tejer historias complejas, nos ofrece una narrativa que transcurre en múltiples escenarios, desde los pasillos del poder en Washington D.C. hasta las áridas tierras del Sahara. La novela destaca por su capacidad para mostrar cómo decisiones aparentemente pequeñas pueden desencadenar consecuencias catastróficas a escala mundial.
El núcleo de la trama se centra en una serie de eventos que llevan al borde de un conflicto nuclear, aparecen personajes que ilustran las diversas facetas del poder y la diplomacia. Pauline Green, presidenta de Estados Unidos, enfrenta desafíos internos y externos que la obligan a tomar decisiones difíciles en un contexto de creciente tensión. Por otro lado, Chang Kai, un oficial chino, se ve atrapado entre su lealtad al estado y su conciencia personal. Follett utiliza estos personajes para explorar temas de moralidad, responsabilidad y el peso del liderazgo en tiempos de crisis.
Uno de los aspectos más destacados de “Nunca” es su enfoque en las consecuencias no intencionadas de las acciones políticas y militares. A través de una narrativa detallada y personajes bien desarrollados, Follett muestra cómo las decisiones en el ámbito internacional pueden tener repercusiones inesperadas y devastadoras.
La obra también se distingue por su realismo, ya que no se limita a describir los eventos desde una perspectiva occidental, sino que ofrece una visión multifacética al incluir personajes de diversas nacionalidades y contextos. Esto enriquece la narrativa y proporciona una comprensión más profunda de las complejidades de la política internacional. La representación de conflictos locales en África, por ejemplo, no solo añade profundidad a la trama, sino que también destaca la interconexión de los problemas globales.
La novela plantea preguntas cruciales sobre la naturaleza del poder, la ética en la toma de decisiones y la fragilidad de la paz mundial.
“Nunca” es una novela que, aunque ambientada en un futuro cercano, refleja preocupaciones muy reales del presente: la amenaza de un conflicto nuclear, el ascenso de potencias autoritarias y las crisis humanitarias son temas que resuenan en las noticias diarias.
La lectura de esta obra debe motivarnos para reflexionar sobre la fragilidad de nuestra realidad actual y la importancia de la diplomacia y la cooperación internacional.
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