Disciplina, esfuerzo y amor al arte
Por: Laura Castillo García
Vocera del Movimiento Antorchista en el Estado de México
A algunos, o a muchos, les parecerá raro que los grupos de baile, danza y teatro de nivel preparatoria, de varias escuelas fundadas desde hace varios años por el Movimiento Antorchista en el Estado de México, estén destacando en los concursos regionales o estatales que organiza la Secretaría de Educación Pública del Estado de México, en los cuales aportan: color, alegría, reflexión y cultura.
Pero para nada esos sucesos son raros o extraordinarios si tomamos en cuenta que la práctica de diferentes disciplinas artísticas es constante en las instituciones educativas fundadas desde hace más de 20 años por el Movimiento Antorchista del Estado de México, y del país entero, además de que cuentan con directores y maestros que comulgan con la visión del Movimiento Antorchista Nacional acerca de que en los centros escolares, los niños y jóvenes no solo deben aprender matemáticas, geografía o español, entre otras importantes materias, sino que en las aulas también deben adquirir una formación integral que les ayude a desarrollar todas las capacidades y talentos intrínsecos al ser humano.
En una sociedad capitalista, dividida en clases, en donde el arte y el deporte son una mercancía que puede obtener sólo el que tiene dinero para practicarlo o disfrutarlo, esas capacidades o talentos innatos al ser humano se quedan ocultos y quienes pudieran llegar a ser grandes deportistas, cantantes, pintores, bailarines, etc., no llegan a serlo porque no tienen los dineros suficientes para pagar maestros e instalaciones en los que puedan entrenar o ensayar la disciplina que más les guste.
Eso no sucede en los centros escolares fundados por el Movimiento Antorchista y dirigidos por maestros sensibles que siguen los principios antorchistas: aquí los talleres culturales y deportivos no son materias opcionales, son parte de la formación de los alumnos.
En la Zona Oriente del Estado de México, en particular en escuelas preparatorias de los municipios de Chimalhuacán y Chalco, la práctica de alguna disciplina artística o deportiva ha logrado que cientos de jóvenes se hayan sustraído de prácticas antisociales como el alcoholismo, la drogadicción, el robo, o que caigan en conductas depresivas que los lleven al suicidio; por el contrario, el deporte y el arte los ha formado como mexicanos de bien, muchos de los cuales ahora son profesionistas y aportan a la sociedad sus conocimientos y talentos como: médicos, abogados, trabajadores sociales, ingenieros, arquitectos y profesores, entre otros.
Ahora, es justo reconocer el trabajo cultural de todas las escuelas fundadas por el Movimiento Antorchista mexiquense, las cuales buscan mejorar el interés académico de los muchachos mediante la práctica de alguna disciplina deportiva o artística, lo cual también mejora la relación que los chicos tienen con sus padres, lo que contribuye a cerrar el tejido social; es decir, a que tanto padres como hijos vivan en armonía a pesar de que cotidianamente padezcan carencias, como la falta de una vivienda digna y una condición económica suficiente.
Pero, como cualquier actividad que da resultados contantes y sonantes, la práctica del arte requiere de disciplina, esfuerzo y amor a la actividad.
En las escuelas fundadas por Antorcha, que consideran al arte como una herramienta de formación y transformación del ser humano, se practica deporte o arte fuera del horario escolar: lo hacen tres veces a la semana y durante tres horas o más. Luego de sus horarios escolares, los chicos comen en la escuela y durante tres horas, o más, se dedican a las actividades deportivas o a, los que eligen talleres artísticos, a montar bailes, danzas u obras de teatro, según sea el caso. O bien, dibujan o pintan, de acuerdo con sus gustos personales.
El esfuerzo que hacen durante esas tres horas y la energía que ahí gastan, deja tan exhaustos a chicos, chicas y chiques, que generalmente ya no les quedan ganas de salir a divertirse con vecinos y amigos, por lo que llegan más temprano a sus casas, descansan un poco, ¿y qué creen?, hacen sus tareas para no tener pendientes que les impidan acudir a su próximo taller artístico o deportivo.
La mejoría en sus calificaciones no solo ha hecho que muchos de ellos tengan una mejor relación con sus padres, sino que estos los respetan y admiran por “las cosas tan bonitas que hace en el escenario; yo no sabía que podía hacer eso, pero ¡qué bonito!”, es la expresión recurrente de las madres y padres que ven por primera vez alguna actuación de su hijo, hija e hije, no solo en el patio de la escuela, sino cuando se presentan en el escenario de algún teatro o auditorio de su municipio, como el teatro Humberto Vidal Mendoza de la Escuela de Bellas Artes de Chimalhuacán.
Quiero hacer un amplio reconocimiento a la labor cultural que están realizando las escuelas fundadas por Antorcha en el Estado de México, en particular a los escuelas e integrantes de los grupos de danza, baile y teatro de escuelas antorchistas, que están dando muestras de la disciplina y esfuerzo que realizan, los cuales se reflejan en los encuentros regionales y estatales de Danza, Baile y Teatro organizados por la Secretaría de Educación Pública del Estado De México.