SIN TON NI SON
- Francisco Javier Escamilla
- 28 julio, 2022
- Columnas
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Hace unos días que yo iba en carretera me topé con una peregrinación que se dirigía a algún santuario cercano. Me surgió la pregunta de qué mueve a estas multitudes para realizar este tipo de sacrificios. Además, me puse a reflexionar acerca del origen de las religiones y por eso esta vez me voy a referir al politeísmo.
Para algunos pensadores los dioses nacieron del miedo de los hombres, para otros fueron invenciones políticas del arte de gobernar: no en vano los sacerdotes eran los líderes en muchas culturas y las mismas religiones han sido las que se imponen en el poder para manejar algunas naciones.
Porqué se dice que el politeísmo es la religión más antigua de la humanidad, pues una explicación simple es que se debe tener en cuenta que la mente humana va transitando gradualmente de lo inferior a lo superior y que por tanto, de la misma manera que los hombres habitaron cabañas antes que palacios o entendieron la agricultura antes que la geometría, tuvieron que formarse una concepción “familiar” de sus dioses, atribuyéndoles características físicas y pasiones del tipo humano, mucho antes de llegar a la idea de un Espíritu puro que creara el universo y al hombre mismo.
Las primeras ideas religiosas surgieron de la preocupación del hombre primitivo por los sucesos que afectaban su vida: observaban cómo las tormentas dañaban lo que el sol había alimentado; y que por el otro lado, en épocas de sequía, el sol destruía lo que las lluvias habían producido.
La salud y la enfermedad, la abundancia y la pobreza, y en general todas aquellas cosas que provocaban el deseo o el terror de los hombres, parecían distribuirse entre ellos debido a causas tan desconocidas como opuestas entre sí.
Estas causas se fueron convirtiendo en el objeto de la esperanza de los hombres, o de su miedo; y, en tanto, las pasiones de los hombres eran exigidas por la expectativa que generaba gran ansiedad respecto a los acontecimientos que pudiera deparar el futuro; la imaginación de los hombres entonces se desarrolló para formarse una idea más concreta de lo que producía las causas de todo aquello de lo que él dependía.
De esta manera y, reconociendo la tendencia del ser humano a entender a todos los seres según su propia imagen (por ejemplo, en las fábulas, caricaturas y películas los animales toman actitudes humanas) las causas de las cosas que no entendía las vistió de poderes dotados de pasiones y de inteligencia, y llegó el momento que les dio forma humana. Este es el origen del politeísmo: el dios de la lluvia, el dios del trueno, el dios de la fertilidad.
A partir de entonces, y ante cada situación o aspecto de la vida, los creyentes o supersticiosos recurrirán al ente invisible que se ocupa de tal situación.
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