uniRversO
Por Rocío Hernández Rogel
Se avecinan los 16 días de activismo contra la Violencia de Género. Iniciando el día 25 de noviembre con el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer (el “Día Naranja” como ya la gran mayoría lo conocemos, que se hace mes con mes, para continuar visibilizando el tema) y terminando con el día de los Derechos Humanos, 10 de diciembre, activismo con el que hoy quiero escribirles este uniRversO.
La columna pasada hablaba que todo empieza por uno mismo, como individuos, no todo tiene que caer en un solo lado de la balanza para que podamos ver cambios, transformaciones o disminuciones, sobre todo en actos violentos de cualquier índole; por eso es importante saber qué tan comprometidos estamos con nosotros mismos y con nuestros entornos para hacer la diferencia.
Semanas pasadas publiqué en mi Facebook personal un post en donde expresaba cierta molestia por una situación en particular, la cual me llevó a realizar una comparativa sin poder evitarlo. Resulta que se habló de una situación con la ahora actual “Miss Universo” Fátima Bosch, en donde varios medios comenzaron a circular como un acto “empoderador”, en donde nos recordó al género femenino que no debemos agachar la cabeza porque se nos “cae la corona”, que no debemos quedarnos calladas bajo ninguna circunstancia, incluso si es por tu propio sueño; no entraré en polémica si fue o no actuado, yo eso te lo dejo a tu criterio, óptica o perspectiva. Este acto hizo que muchas mujeres (sobre todo) comentaran y publicaran en sus redes sociales al respecto, adulándola, admirándola, agradeciéndole y más acciones que fueran en pro de lo realizado.
Por otro lado, esa misma semana, ocurre la viralización de un acto de acoso hacia la presidenta, en donde un hombre se acerca y le intenta tocar los senos, tampoco entraré en polémica si fue o no actuado, yo eso te lo dejo a tu criterio, óptica o perspectiva. Misma que también generó varios comentarios, memes, gifs en redes sociales y claro que también comentarios, pero no fueron como los del caso anterior, o al menos no la mayoría. Estos tendieron a ser más de burla, de reclamo y sarcasmo.
Dicho lo anterior, vino mi comparativa y la incongruencia de la que luego les menciono en este espacio. Empiezo porque son dos seres humanos, segunda ambas son mujeres, tercera sufrieron ambas violencia, ambas son figuras públicas una de menor edad y otra de mayor edad, ambas representantes de nuestro país, pero como cualquier individuo, merecen respeto. Sé que de un lado hay enojo, molestia, hastío, pero si se supone que estamos aprendiendo a respetarnos y sobre todo a utilizar ese famoso término de “sororidad”, por qué no lo empleamos.
¿Por qué hiciste ese meme?, ¿por qué hiciste comentarios misóginos?, ¿por qué te expresaste o generaste opinión sobre su cuerpo?, ¿por qué compartiste la publicación donde dice “que se merecía eso y más”? o “para que vea que se siente”; y después fuiste doble moral, enalteciendo a otra mujer (Miss Universo) y lo asombroso es que cuando ganó, volvieron con la moral olvidada, la juzgaste, dijiste que era un robo, comparaste su belleza con la de otras nacionalidades, seguiste diciendo que en “México siempre robamos”, (aunque eso a mí no me representa), en México también habemos gente honesta y si consideras que es un robo, no mires el certamen, no lo consumas, así dejamos de darle tanta importancia a esos temas que solo marcan estereotipos, que solamente ponen en tela de juicio el valor de la mujer y de las niñas, de ver quién sonríe mejor, quién tiene el 90-60-90 bien marcado, la altura perfecta, el cabello más brillante, porque dejan ver que el intelecto es lo de menos, la gente es visual; se les olvida el discurso, tal como la frase que dijo la presidenta en alguno de ellos: “llegamos todas”.
Este trabajo es de todas y todos. De todos los días: ¡NO A LA VIOLENCIA!.
Siempre hay algo para compartir, yo soy Ro y puedes seguirme en mis redes sociales y enviarme tus opiniones a: Instagram:@elblogdero//X:@LaRoHRoo que con gusto voy a leer.





