
SIN TON NI SON
- Francisco Javier Escamilla
- 24 septiembre, 2025
- Columnas
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Francisco Javier Escamilla Hernández
Hace mucho tiempo que no dedico este espacio a descifrar las palabras, por eso ahora voy a compartirles el significado de algunas palabras que me vienen a la mente, por su actualidad; de cosas que nos están pasando en este momento en nuestro entorno cercano y en el mundo.
Sobornar. Ofrecer una dádiva a un funcionario a cambio de realizar u omitir un acto propio de su cargo o, que puede ejecutar merced a su cargo. Es ofrecer algo a cambio de establecer un dominio corrupto fuera del orden, con el fin de favorecer intereses propios sin importar los daños que se puedan causar. En general, los códigos penales castigan el soborno de funcionarios públicos y no los que se practican en empresas o instituciones privadas.
Testamento. Acto jurídico mediante el que una persona estipula quiénes serán las personas que podrán disponer de sus bienes después de su muerte. El testamento admite también decisiones de carácter no patrimonial, como, por ejemplo, el reconocimiento de hijos habidos fuera del matrimonio.
Genocidio. La palabra se refiere a actos cometidos con la intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso. Este acto puede manifestarse a través de cinco conductas específicas: asesinar miembros del grupo, causarles graves daños físicos o mentales, someterlos a condiciones de vida destinadas a su destrucción, imponer medidas para impedir nacimientos, o forzar el traslado de niños a otro grupo.
Fantoche. Se usa para denominar a una ‘persona grotesca, desdeñable’, ‘neciamente presumida o estrafalaria’ y también un ‘muñeco grotesco, a veces movido por hilos’, según la definición académica. Esta última acepción es, probablemente, la más usada hoy en día para referirse, en sentido metafórico, a autoridades de las que se afirma que no actúan de acuerdo con sus propias decisiones, sino movidas por hilos manejados por personajes poderosos que permanecen en la sombra.
Descarado. Desvergonzado, insolente, atrevido, irrespetuoso son los significados, aproximadamente sinonímicos de estos dos vocablos. ¿De dónde nos vienen? La siempre sorprendente historia de las palabras parece decirnos que la vergüenza la llevamos en la cara —del griego κάρα (kára) ‘cabeza’, ‘rostro’ — como parte del equipaje con que venimos al mundo, y que el sujeto desvergonzado, en consecuencia, no tiene cara; es descarado.
Terco. Obstinado, tozudo, empecinado, persona que se mantiene porfiadamente en su actitud, aunque se le presenten razones que demuestran que está equivocado. No debe confundir con la tenacidad, que es el ‘empeño tesonero en llevar adelante una idea sin parar mientes en las dificultades’. El origen de esta palabra es incierto, pero su primer significado en nuestra lengua parece ‘rudo’, ‘duro’, ‘fuerte’ o incluso ‘cruel’.
Delatar. Denunciar a la autoridad un delito, señalando al autor para que sea castigado, sin que el denunciante sea parte obligada, sino por su propia voluntad e iniciativa. Por extensión de significado, también lo usamos con el sentido de ‘revelar (alguien) involuntariamente, por sus gestos o comportamiento, su intención o sus sentimientos.
Tropelía. Atropello o acto violento cometido alguien que abusa de su poder, de su fuerza física o de una situación que le propicia la impunidad. Desde que llegaron al gobierno han estimulado toda clase de tropelías contra la oposición. El vocablo proviene de su antónimo, eutropelia/eutrapelia ‘rasgo de carácter que modera los excesos en el comportamiento de las personas’. Este es un vocablo muy poco usado.
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