
RECONECTAR Y REENCONTRAR
- Jimena Bañuelos
- 1 septiembre, 2025
- Columnas
- 0 Comments
Estamos listos y dispuestos para encarrilar el mes de septiembre. Un mes, sin duda, que está marcado por los comienzos, al igual que el mes de enero. El primero del año está lleno de propósitos y de sueños por cumplir. Han pasado ocho meses y seguramente nos queden muchas cosas por hacer de esa lista que inauguró este año. Todavía hay tiempo para ello, pero hay que reconocer que septiembre podría ser esa reválida que nos recuerde que hay que ponerse manos a la obra para cumplir con nuestras propias promesas. También, no hay que olvidar que se inicia el nuevo curso y éste también está cargado de oportunidades. Unas oportunidades que se nos presentan día a día de diferentes maneras. La vida en sí misma nos brinda a diario veinticuatro horas únicas e irrepetibles. Dice el escritor canadiense Robin Sharma: “A casi todos nos da miedo lo desconocido. No debería ser así. Lo desconocido no es más que el comienzo de una aventura, una oportunidad de crecer.” Precisamente, el crecimiento individual nos va forjando nuestro carácter para afrontar los pros y los contras de la vida.
Unos pros y contras que siempre está bien compartir con esos amigos de verdad. También, en estos días nos volveremos a reencontrar con las amistades que no vemos desde que comenzara el tiempo estival. El regreso a la normalidad también es el momento ideal para reconectar y esto tenemos que hacerlo con nosotros mismos y con los demás. Cuando la desconexión de la rutina ha sido total, esta reconexión puede costar más de lo habitual, pero sin duda, esa es la mejor señal de que hemos vivido el presente y cumplido con la promesa de dejar atrás el día a día.
Por eso, septiembre no sólo representa una nueva oportunidad para cumplir metas o recuperar el ritmo, sino también para fortalecer vínculos. Volver a compartir tiempo con quienes forman parte de nuestra vida, y, por supuesto, dar la bienvenida a nuevas relaciones que surgen en este último trimestre del año. A veces, un simple reencuentro puede recargarnos más que cualquier plan, y una conversación sincera puede ser el impulso que más necesitamos para comenzar con la ilusión renovada.
En medio de los nuevos comienzos y la vuelta a la rutina, es importante recordarnos que no estamos solos. Todos, de una forma u otra, estamos intentando equilibrar las ganas de avanzar con la nostalgia del descanso. Volver a clases, al trabajo, a los compromisos, no debería ser visto como una carga, sino como una nueva etapa para hacer las cosas de otra manera. Está claro que los nuevos comienzos o cambios de ciclo nos enseñan que el tiempo pasa pero también nos transforma y nos moldea. Precisamente, estos cambios son clave para aprender que no hay que dejar de compartir, de confiar, de abrir espacio para las personas que suman, que aportan, que nos inspiran. Las amistades verdaderas, esas que no se desgastan con el paso del tiempo ni con las ausencias, merecen también ser cuidadas en esta nueva etapa. A veces basta un mensaje, una llamada o una tarde cualquiera para que todo vuelva a su lugar.
En definitiva, septiembre es una buena invitación a vivir cada día con intención y no quedarnos sólo con los planes o los propósitos. Sin duda, más allá de todo lo que tenemos por hacer, de los objetivos por cumplir o los horarios por encajar, lo que realmente queda en la memoria y en el corazón son los momentos compartidos. Así que debemos afrontar este mes no sólo como una hoja en blanco, sino como una nueva oportunidad para construir la vida que queremos. No debemos olvidar que la vida no solo se mide por logros, sino por la calidad de lo esencial.