Alerta en la juventud mexiquense por el consumo de fentanilo

Información y fotografías: Fernanda Medina González

Ciudad de México.- El consumo de fentanilo en México registra un crecimiento alarmante, pues entre 2018 y 2023, las hospitalizaciones por esta droga se incrementaron en un 4,300 por ciento, pasando de 10 casos anuales a 430, una alarmante realidad para el país y de la que lamentablemente no es exclusiva el Estado de México.

Los estados más afectados son Baja California, Baja California Sur, Chihuahua, Sinaloa, Sonora y la Ciudad de México, según el Informe 2024 de la Demanda y Oferta de Fentanilo en México elaborado por el Observatorio Mexicano de Salud Mental y Adicciones (Omsma).

René “N”, maestro en una preparatoria del municipio de Lerma, explicó que el consumo de fentanilo entre los jóvenes ha crecido de forma preocupante, afectando su salud física y mental de forma considerable, un problema de salud que duele, pues está consumiendo a los estudiantes sin que se vea una estrategia por parte de las autoridades.

Con una tristeza evidente, el maestro de Lerma nos platicó que en cosa de dos o tres meses ha visto la transformación negativa en jóvenes que consumen esta droga, su salud se deteriora y su estado mental se transforma, una lástima, pues la mayoría eran estudiantes saludables y con ilusiones, algo que se acabó por la alta adicción del fentanilo, que además consiguen fácilmente y a un bajo costo, pues los propios jóvenes le platican que les venden las dosis en 60 pesos y el efecto les dura varias horas.

“La terrible realidad del fentanilo está en nuestras calles, en nuestros municipios y escuelas”, por ello hay que hacer un llamado a las autoridades, pues muchos jóvenes están cayendo en esta adicción que los conduce a una vida miserable y a una muerta segura”, señaló el joven maestro que evidentemente está preocupado por lo que ve en sus alumnos.

En entrevista para El Valle, el Químico Farmacéutico Biólogo, Erick Iván Jiménez Vianda, explicó que el fentanilo es un opioide sintético cincuenta veces más potente que la heroína y la metanfetamina, pues, lo que hace a nivel molecular es actuar en los receptores mu, los cuales se encuentran en las neuronas hiperpolarizando la liberación de neurotransmisores.

“Un ejemplo muy claro es el glutamato y estos están involucrados en la señalización del dolor y la analgesia, entonces cuando se consume un opioide lo que va a pasar es que se tendrá una reducción de la precisión del dolor y del umbral del dolor, pero cuando lo consumes en exceso habrá un estado de depresión completa del sistema nervioso central y del sistema nervioso periférico”, señaló.

Jiménez Vianda detalló que el fentanilo, a diferencia de otros opioides, tiene la facilidad de pasar la barrera hematoencefálica al ser más liposoluble, lo que le permite tener mayor afinidad a los receptores mu.

En 2023, Baja California concentró 281 de los casos, seguida por la CDMX con 54, Sinaloa 5) y Chihuahua 47 y aunque el consumo no alcanza los niveles de Estados Unidos —donde esta sustancia provoca unas 100 mil muertes al año—, autoridades mexicanas advierten que el país ha pasado de ser territorio de trasiego a convertirse en un mercado emergente de consumo, sobre todo en zonas fronterizas.

El graduado de la Universidad Nacional Autónoma de México detalló que, en un inicio, la elaboración del fentanilo fue una forma de buscar anestésicos que tuvieran un mejor efecto en el uso terapéutico, en este caso, en operaciones, por lo que la sustancia está compuesta de anilina, penetilpiperidina y cloruro de propionilo.

“Estos, lo que hacen es que en su conjunto van a crear o van a formar el fentanilo. Esta reacción realmente es controlada y lo que, como se espera siempre en este tipo de síntesis, es que haya una menor cantidad de compuestos similares que puedan actuar como una contaminación en el producto final”

Sin embargo, refirió que, al no tener fácil acceso a estos precursores químicos, se abre la puerta a los laboratorios clandestinos en los que se buscan sustancias similares para la creación del fentanilo.

“La diferencia es que, al ocupar esos otros precursores, normalmente habrán más reacciones y la presencia de más reacciones. Entonces, al final, la recuperación del fentanilo es mucho menor, ya que hay contaminación”, destacó Jiménez Vianda.

Derivado de los casos registrados, el Centro Mexicano para Clasificación de Enfermedades (Cemece) implementó el Código U94 para identificar casos de intoxicación severa por fentanilo. Entre junio de 2023 y enero de 2024 se registraron nueve atenciones de urgencia, de las cuales tres pacientes fallecieron.

En este sentido, Jiménez Vianda dijo que la FDA (Food and Drug Administration) señala que la dosis letal normalmente es de 2 a 3 miligramos, cuando se toma oralmente, inhalada o inyectada.

“A comparación de otros opioides, por ejemplo, la heroína tiene de 75 a 300 miligramos, la morfina de 120 a 250. La diferencia es muy grande y pues tiene que ver de nuevo por cómo actúa y las características moleculares del propio fentanilo”.

Sin embargo, la letalidad no es el efecto inmediato del consumo del fentanilo, pues la psicoterapeuta Adriana Delgado Carreño dijo a El Valle que, aunque a corto plazo esta sustancia produce placer a sus consumidores, corren el riesgo de enfrentarse a un trastorno depresivo mayor, trastorno obsesivo compulsivo hasta llegar a la esquizofrenia.

“Tengo un problema, no lo quiero enfrentar, y entonces me voy a algo que me produzca placer, una sensación de bienestar. Por eso hay médicos y psicólogos que decimos que es un placer falso, la llamada felicidad falsa. ¿Por qué? Porque ese efecto va a bajar. Así como sube muy rápido, ese efecto va a bajar. Al siguiente día voy a tener esta sensación de ya no tener el producto en mi cuerpo, y entonces mi cerebro me lo va a pedir, porque nuevamente el problema está ahí. El problema no se solucionó. El problema sigue, por lo tanto, me causa dolor otra vez, ya sea físico o dolor emocional, y entonces voy a recurrir nuevamente a querer la droga”, señaló la especialista.

Al ser cuestionada sobre los grupos más vulnerables a esta sustancia y las posibles causas del consumo, Delgado Carreño aseveró que lo que se busca en una adicción, es una recompensa. “Si hay una sobreprotección, el adolescente o el adicto o la pareja se va a sentir abrumado, no se va a sentir libre y entonces recompensa con el alcohol, con el tabaco, con alguna droga sintética y entonces le proporciona cierto placer. Eso es lo que lleva psicológicamente a una persona a buscar algún tipo de sustancia para poder recompensar lo que él no está teniendo dentro de su núcleo familiar, ya sea por abandono o por sobreprotección, que son las principales que se han visto”.

Aunado a esto, destacó que los preadolescentes y los adolescentes son los grupos más propensos a consumir cualquier tipo de sustancia sintética por sobreprotección, abandono en la familia o en la búsqueda de pertenecer a un grupo.

“Si yo pertenezco a mi familia, me siento perteneciente de ahí, estoy feliz, entonces a lo mejor no voy a buscar nada allá afuera. Pero si no me siento perteneciente, entonces voy a buscar un grupo de amistad o un grupo de personas, y si este grupo de personas está experimentado en algo más, entonces cualquier cosa me va a llevar a probar y entonces voy a sentir que estoy ahí”.

En el Estado de México, hasta enero de 2024 no se habían registrado casos de emergencias médicas asociadas al consumo de esta sustancia, lo que indica una baja incidencia en la entidad. No obstante, el historial sanitario estatal reporta una muerte relacionada con opioides en 2016, según datos del Informe de la demanda y oferta de fentanilo en México: generalidades y situación actual, elaborado por la Comisión Nacional de Salud Mental y Adicciones.

Especialistas advierten que, aunque la entidad mexiquense no enfrenta actualmente una crisis por esta droga, el fenómeno requiere de monitoreo constante y coordinación entre autoridades para prevenir su expansión y reducir riesgos a la salud pública.

En el sentido preventivo, la especialista en ciencias de la conducta refirió que el acceso a la información sobre esta droga, así como campañas de salud que dejen fuera el tabú de las sustancias sintéticas y la comunicación del núcleo familiar a través de la confianza y no del castigo, permitirá una mayor consciencia para evitar el consumo.

Agregó que es importante que las redes de apoyo identifiquen los cambios en la conducta de una persona pues resaltó que “la persona que está en adicción, su pensamiento más profundo es cómo puedo morirme sin que me duela”.

Recientemente, en el Congreso del Estado de México, el diputado Carlos Antonio Martínez Zurita Trejo, de Morena, presentó una iniciativa de reforma a la Constitución local para que las dependencias y organismos estatales fortalezcan la prevención de las adicciones y del consumo de drogas, incluidas las sintéticas y el fentanilo.

La propuesta establece que las instituciones de salud deberán implementar políticas públicas informativas sobre los efectos y daños que provocan estas sustancias, así como campañas y acciones permanentes de atención y apoyo a la población que enfrente problemas de salud derivados de su consumo, hasta lograr su plena recuperación y reinserción social.

Para garantizar el derecho a la salud, la reforma contempla sancionar toda actividad relacionada con la producción, distribución y venta de sustancias tóxicas, precursores químicos, fentanilo y demás drogas sintéticas no autorizadas, en concordancia con el artículo 4 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

Finalmente, la ONU advierte que México no solo es un importante productor de drogas a nivel mundial, sino que también enfrenta un reto creciente en materia de salud pública por el aumento de adicciones a sustancias sintéticas, lo que exige reforzar las estrategias de prevención, tratamiento y control.