Hallan fosa clandestina en finca de Irapuato

Irapuato, Méx.- La tranquilidad de la comunidad de La Calera, al norte de Irapuato, se quebró tras el hallazgo de una fosa clandestina en una finca ubicada entre las calles Galeana y Felipe Ángeles. Lo que parecía ser una propiedad utilizada para negocios como una forrajera o recicladora, en realidad habría sido un sitio de muerte y desaparición.

Desde el pasado 30 de julio, personal de la Fiscalía General del Estado de Guanajuato (FGE) comenzó labores de búsqueda en el lugar; y este viernes, las diligencias se intensificaron con el ingreso de retroexcavadoras, lo que sugiere que hay indicios de más restos enterrados a mayor profundidad.

Aunque la Fiscalía no ha proporcionado una cifra oficial, vecinos relataron haber visto al menos 22 bolsas extraídas de la finca, lo que hace suponer que el número de víctimas podría superar las 20 personas. Estas bolsas fueron trasladadas por unidades especializadas en manejo de indicios.

El modus operandi observado en otros hallazgos similares en Guanajuato, se repite: los cuerpos son fragmentados, envueltos en plástico para emplayar o colocados en bolsas, y luego enterrados. En algunas fosas más grandes se han hallado restos sin envolver, por lo que será necesario esperar los análisis forenses para determinar con precisión cuántas víctimas hay y lograr su identificación.

Según testimonios de habitantes de La Calera, la finca, de aproximadamente 15 por 20 metros, había sido ocupada durante años por diferentes personas. En su fachada llegó a tener un letrero que anunciaba una forrajera, pero los vecinos aseguran no haber visto actividad comercial real, sino movimientos extraños de personas desconocidas.

“Parecía gente de trabajo, obreros. Hubo muchas personas distintas, como que la rentaban. Los últimos que estuvieron sí tenían mala cara… nunca cruzamos palabra con ellos”, comentó un vecino que pidió el anonimato.

Algunos habitantes también relataron que, en su momento, la propiedad fue usada como bodega para camionetas o para almacenar materiales reciclables. No obstante, el descubrimiento reciente reveló una verdad mucho más siniestra: en ese lugar se desmembraban y enterraban cuerpos humanos.

El hallazgo ha causado consternación entre los vecinos, quienes aseguran que, pese a algunos incidentes, La Calera era considerada una zona relativamente tranquila.

“Pues dentro de lo que cabe, aquí es tranquilo… si pasan cosas como en todos lados, pero esto ya es el límite”, expresó otro habitante.

Las autoridades ministeriales siguen trabajando en el lugar, mientras las calles aledañas permanecen acordonadas. El proceso de exhumación y análisis continuará en los próximos días, en busca de esclarecer cuántas personas fueron víctimas de esta fosa clandestina y quiénes están detrás de estos crímenes.

La comunidad observa con incredulidad cómo se desvela la magnitud del horror que permaneció oculto durante años detrás de una fachada común. Como expresó un vecino: “Uno ya no sabe con quién vive, menos de quién es vecino”.